viernes, 11 de julio de 2008
miércoles, 2 de julio de 2008
Fin
Miro al gato al suelo, luego la ventana, cerro los ojos esperando que como en una mala película, todo fuera un sueño, al abrir los ojos y ver al reloj que hacía tic-toc tic-toc, pensó en Claire y en cuanto la deseaba verla en ese momento, pero en aquella habitación solo se encontraba Amy, la chica que durante años se oculto tras aquella sonrisa complaciente.
Atardecia en Autsville, sus arboles que en ese minuto, llenos de nieve observaban el río que poco a poco se deshielaba, pronto llegaría la primera, y sus ramas se asomaban al sol que se iba, dejando una promesa de un día despejado y agradable con su regreso. Martin regresaba al número 174 de la calle mientras observaba el ocao con algo de nostalgia, nada le hacía sospechar del horrendo cr
imen que se acababa de llevar a cabo en la antesala del 178, mas que podía saber él de lo que hacían o no sus vecinos, luego de todo lo que ya había pasado con Louis ya no quería saber de vidas ajenas. Llego a su puerta y giró la llave, entro y encendio las luces como ya era habitual en él, fué al baño y al salir (no sin antes lavar sus manos), se dirigió hasta la cocina donde no le sorprendio hallar unos trozos de carne de origen inexacto que seguramente la mucama había dejado para que él comiece. Lamentablemente para él, estaba cruda, por lo que prendió la estufa y comenzo a cocinarla, preparo la mesa para una persona y busco un resto de puré que quedaba del día anterior. Se sentó y comió avidamente la carne, que sin conocer su procedencia (supuso que era de cordero), estaba muy suave y sabrosa. Posteriormente, se fué a dormir sin lavar los platos, se los dejaría a la mucama.
Al subir los escalones, ya cansado, suena el teléfono. Martin agotado y con cara de poco gusto, baja las escaleras y responde:
-Hola
-Sr. Martin Hook?
-Si, habla con él
-Sr. se le requiere en el departamento de policia ahora, necesitamos que testifique
-No puede ser mañana?
-En este momento hemos enviado una patrulla a buscarlo, es de extrema urgencia que asista
-Está bien, me pondre mi chaqueta y esperaré la patrulla
-Gracias por su tiempo
-Adios...
Martin, desconsolado y asumiendo que perderia valiosas horas de sueño tomo la chaqueta y salió de su casa, solo paraencontrarse con la patrulla. Subio sin mirar nada más que al policia, quién le dijo que se sentara en el asiento de atras para que fuese más cómodo. Martin entonces se dió cuenta que había mucha gente en las calles, mientras el policia escuchaba una balada en la radio que sonaba como "ohhhhh...my heart, I feel alone without you, please give me your loooooove..." que ya tenía un poco hastiado a Martin, y no es que detestara las baladas, era que le traia el sucio recuerdo de aquella tarde, simplemente un actuar como ese por parte de Claire era inimaginable, y como no habría de serlo?, si durante años Claire le había insistido que llegado ese momento cumplirian su promesa.
La patrulla se detuvo en la estación de policia, donde el conductor le pidió que lo siguiera por unos claustrofóbicos pasillos, hasta llegar a una puerta con las inscripciones "Oficina del Sargento Waltz" y "Sólo personal autorizado". Le hicieron entrar donde el supuesto sargento Waltz lo esperaba con una taza de café en mano, le saludo y luego le pidió al policia que se retirase y los dejara solos. Luego con tono solemne comenzó:
-Supongo que le ha tomado por sorpresa nuestro llamado, y es que pensamos que usted puede saber algo de los últimos incidentes Sr. Hook.
-Y qué se supone-respondió con cierto sarcasmo-podría saber yo de algo que nisiquiera sé que es?, no se si sabra que trabajo desde muy temprano en la biblioteca de la ciudad y no tengo mucho contacto con el exterior, llegué a mi casa, comí y ustedes me llamaron, por ende ¿Qué podría saber yo?
-Calmese un poco-respondio calmadamente Waltz-es por alguién cercano que lo hemos llamado, en realidad por dos de sus conocidos, la Señorita Claire Foult y el Señor Albert Michells, tenemos información que ambos eran amigos suyos, el Señor Louis King acaba de declarar y aseguró que usted podía darnos una idea más clara de ellos y que relación llevaban.
Concluido esto Martin se puso de color blanco, y no era para menos, no era solo Claire a quién le mencionaban, sino que también Albert, ¿Qué habrían hecho?, no habría ido Claire a contarle a Albert, lo dudaba mucho, Albert no era alguién de quién fiarse, más cuando él había sido con quién Claire lo había descubierto esa noche, no podía ser!?
El oficial al ver la perplejidad en su rostro, le dijo que necesitaba mostrarle algo, y lo condujo hasta el subterraneo del edificio, abrió la cuarta puerta y le mostro dos camillas. En una yacía Claire con su cara totalmente desfigurada y cuerpo destrozado, un su pecho además se veia un corte. El oficial le explicó que presuntamente, ella se habría suicidado con un cuchillo sobre el puente que estaba sobre el tunel del tren, al parecer con tal mala suerte que cayo justo en el momento que el tren pasaba. Martin se espantó con la escena solo para notar que en la otra camilla se hallaba practicamente destripado Albert, solo su cara estaba intacta. El oficial le mostro un papel ensangrentado, que dijo que estaba dentro del cuerpo y contenia su nombre escrito, luego de leerlo comenzo a vomitar y el oficial clamó por ayuda.
La enfermera se dirigio hasta el hombre en shock, le pregunto al oficial si dejaba la carta en la mesa de dormir del enfermo, a lo que él pidió que la dejasen en el cajón, ambos se retiraron, dejando a Martín inconciente y una nota ensangrentada que decía:
-
"Martin! Le rompiste el corazón a Claire, pero no te preocupes, Amy se encargo de todo, desde darte parte del corazón, los genitales, los pulmones y el estomago del infeliz, hasta de abrir tu casa, no debiste darle a Amy las llaves, Claire se cansó de esperar, así que Amy no dudo en usar todo lo que le dijiste. El tipo lloro del miedo, incluso me rogo que no le hiciese daño, que se alejaria de tí, pero eso hirió más a Claire (además de todo él no te amaba), así que tome la daga y lo corte, espero que hallas disfrutado. Amy "
Atardecia en Autsville, sus arboles que en ese minuto, llenos de nieve observaban el río que poco a poco se deshielaba, pronto llegaría la primera, y sus ramas se asomaban al sol que se iba, dejando una promesa de un día despejado y agradable con su regreso. Martin regresaba al número 174 de la calle mientras observaba el ocao con algo de nostalgia, nada le hacía sospechar del horrendo cr

Al subir los escalones, ya cansado, suena el teléfono. Martin agotado y con cara de poco gusto, baja las escaleras y responde:
-Hola
-Sr. Martin Hook?
-Si, habla con él
-Sr. se le requiere en el departamento de policia ahora, necesitamos que testifique
-No puede ser mañana?
-En este momento hemos enviado una patrulla a buscarlo, es de extrema urgencia que asista
-Está bien, me pondre mi chaqueta y esperaré la patrulla
-Gracias por su tiempo
-Adios...
Martin, desconsolado y asumiendo que perderia valiosas horas de sueño tomo la chaqueta y salió de su casa, solo paraencontrarse con la patrulla. Subio sin mirar nada más que al policia, quién le dijo que se sentara en el asiento de atras para que fuese más cómodo. Martin entonces se dió cuenta que había mucha gente en las calles, mientras el policia escuchaba una balada en la radio que sonaba como "ohhhhh...my heart, I feel alone without you, please give me your loooooove..." que ya tenía un poco hastiado a Martin, y no es que detestara las baladas, era que le traia el sucio recuerdo de aquella tarde, simplemente un actuar como ese por parte de Claire era inimaginable, y como no habría de serlo?, si durante años Claire le había insistido que llegado ese momento cumplirian su promesa.
La patrulla se detuvo en la estación de policia, donde el conductor le pidió que lo siguiera por unos claustrofóbicos pasillos, hasta llegar a una puerta con las inscripciones "Oficina del Sargento Waltz" y "Sólo personal autorizado". Le hicieron entrar donde el supuesto sargento Waltz lo esperaba con una taza de café en mano, le saludo y luego le pidió al policia que se retirase y los dejara solos. Luego con tono solemne comenzó:
-Supongo que le ha tomado por sorpresa nuestro llamado, y es que pensamos que usted puede saber algo de los últimos incidentes Sr. Hook.
-Y qué se supone-respondió con cierto sarcasmo-podría saber yo de algo que nisiquiera sé que es?, no se si sabra que trabajo desde muy temprano en la biblioteca de la ciudad y no tengo mucho contacto con el exterior, llegué a mi casa, comí y ustedes me llamaron, por ende ¿Qué podría saber yo?
-Calmese un poco-respondio calmadamente Waltz-es por alguién cercano que lo hemos llamado, en realidad por dos de sus conocidos, la Señorita Claire Foult y el Señor Albert Michells, tenemos información que ambos eran amigos suyos, el Señor Louis King acaba de declarar y aseguró que usted podía darnos una idea más clara de ellos y que relación llevaban.
Concluido esto Martin se puso de color blanco, y no era para menos, no era solo Claire a quién le mencionaban, sino que también Albert, ¿Qué habrían hecho?, no habría ido Claire a contarle a Albert, lo dudaba mucho, Albert no era alguién de quién fiarse, más cuando él había sido con quién Claire lo había descubierto esa noche, no podía ser!?
El oficial al ver la perplejidad en su rostro, le dijo que necesitaba mostrarle algo, y lo condujo hasta el subterraneo del edificio, abrió la cuarta puerta y le mostro dos camillas. En una yacía Claire con su cara totalmente desfigurada y cuerpo destrozado, un su pecho además se veia un corte. El oficial le explicó que presuntamente, ella se habría suicidado con un cuchillo sobre el puente que estaba sobre el tunel del tren, al parecer con tal mala suerte que cayo justo en el momento que el tren pasaba. Martin se espantó con la escena solo para notar que en la otra camilla se hallaba practicamente destripado Albert, solo su cara estaba intacta. El oficial le mostro un papel ensangrentado, que dijo que estaba dentro del cuerpo y contenia su nombre escrito, luego de leerlo comenzo a vomitar y el oficial clamó por ayuda.
La enfermera se dirigio hasta el hombre en shock, le pregunto al oficial si dejaba la carta en la mesa de dormir del enfermo, a lo que él pidió que la dejasen en el cajón, ambos se retiraron, dejando a Martín inconciente y una nota ensangrentada que decía:
-

"Martin! Le rompiste el corazón a Claire, pero no te preocupes, Amy se encargo de todo, desde darte parte del corazón, los genitales, los pulmones y el estomago del infeliz, hasta de abrir tu casa, no debiste darle a Amy las llaves, Claire se cansó de esperar, así que Amy no dudo en usar todo lo que le dijiste. El tipo lloro del miedo, incluso me rogo que no le hiciese daño, que se alejaria de tí, pero eso hirió más a Claire (además de todo él no te amaba), así que tome la daga y lo corte, espero que hallas disfrutado. Amy "
jueves, 22 de mayo de 2008
¿Y qué?
Me dije cuando empecé el trámite llamado universidad que no escribiria más, ya que para escribir algo que pueda ser llamado escrito decente es necesario ocio y para el ocio se necesita tiempo y me he encargado de destinar el poco tiempo que poseo en cosas sin sentido donde grandes historias se pierden en la tierra como el semen y otros fluidos de los que son condenados a muerte y son colgados en las plazas públicas como acto de justicia.
Mas el acontecer actual me obliga a escribir, y contra mis deseos debo escribirle al aire, porque dudo que esto llegue a ser leido en la infinidad del cosmo informático.
Los niños vuelven a jugar, e intentan cambiar el mundo y la mala educación que de todas formas desaprovechan. Me gustaria poder concebir el mundo y la educación que sus mentes llenas de euforia imagina, donde como en la gran mayoría de los casos, los inmaduros se quedan pegados, ya que al momento que reciban esa maravillosa educación de calidad la cual pregonan a los cuatro vientos, será igualmente desaprovechada y cambiada por alcohol y reggaeton (pero seguro que no le echan la culpa a la educación de esto). El gran vacío que existe en sus mentes y cabezotas, donde quieren que todo, no solo sea gratis (pase escolar con tarifa liberada) sino que además lo quieren en bandeja de plata sin siquiera habiendo hecho el minimo esfuerzo por aprender algo o innovar en el sistema educacional, que por malo que sea ustedes se encargan de copiar de todas formas en las sencillisimas pruebas del malisimo sistema. Les interesa el lucro en la educación, pero no les interesa que sus zapatillas Nike son hechas por niños poco menos esclavizados, que sus celulares y las torres producen cancer, ni mucho menos la cantidad de alcohol que beben los jovenes, sin contar la crisis valórica que pasa nuestra sociedad, donde el respeto paso a segundo paso en el mercado de los mocosos malcriados que nisiquiera sabe por que reclama. O será acaso que la mala infraestructura que se quejan no será la misma que ustedes destruyen con sus rayados.
En resumen los pingüinos nadaran, chapotearan, se arrastraran, pero lindos:
LOS PINGÜINOS NO VUELAN
Así que sigan creyendose el cuento, sigan pensando que son heroes aunque en el fondo sigan siendo parasitos del estado.
Atentamente
Camilo V.
Mas el acontecer actual me obliga a escribir, y contra mis deseos debo escribirle al aire, porque dudo que esto llegue a ser leido en la infinidad del cosmo informático.
Los niños vuelven a jugar, e intentan cambiar el mundo y la mala educación que de todas formas desaprovechan. Me gustaria poder concebir el mundo y la educación que sus mentes llenas de euforia imagina, donde como en la gran mayoría de los casos, los inmaduros se quedan pegados, ya que al momento que reciban esa maravillosa educación de calidad la cual pregonan a los cuatro vientos, será igualmente desaprovechada y cambiada por alcohol y reggaeton (pero seguro que no le echan la culpa a la educación de esto). El gran vacío que existe en sus mentes y cabezotas, donde quieren que todo, no solo sea gratis (pase escolar con tarifa liberada) sino que además lo quieren en bandeja de plata sin siquiera habiendo hecho el minimo esfuerzo por aprender algo o innovar en el sistema educacional, que por malo que sea ustedes se encargan de copiar de todas formas en las sencillisimas pruebas del malisimo sistema. Les interesa el lucro en la educación, pero no les interesa que sus zapatillas Nike son hechas por niños poco menos esclavizados, que sus celulares y las torres producen cancer, ni mucho menos la cantidad de alcohol que beben los jovenes, sin contar la crisis valórica que pasa nuestra sociedad, donde el respeto paso a segundo paso en el mercado de los mocosos malcriados que nisiquiera sabe por que reclama. O será acaso que la mala infraestructura que se quejan no será la misma que ustedes destruyen con sus rayados.
En resumen los pingüinos nadaran, chapotearan, se arrastraran, pero lindos:
LOS PINGÜINOS NO VUELAN
Así que sigan creyendose el cuento, sigan pensando que son heroes aunque en el fondo sigan siendo parasitos del estado.
Atentamente
Camilo V.
miércoles, 26 de marzo de 2008
Lágrimas de Cristal
Dicen que las vírgenes suelen llorar sangre. Dicen que los animales suelen llorar lágrimas. Dicen que las plantas suelen llorar savia. Que hace alguien a quién se le ha castigado sin poder llorar por mero capricho del destino.
Ella por más que quería no lograba que sus ojos se humedeciesen, nunca lo consiguió, por eso la creyeron muerta al momento que el doctor la golpeo y no lloró y fue enterrada y olvidada.
Ella por más que quería no lograba que sus ojos se humedeciesen, nunca lo consiguió, por eso la creyeron muerta al momento que el doctor la golpeo y no lloró y fue enterrada y olvidada.
martes, 11 de marzo de 2008
La Torre de los Pecadores~Departamento 108 - María
Cerca de la antigua iglesia en el sector sur de la avenida principal de la ciudad, junto a una plazoleta descuidada, se encontraba uno de tantos edificios de apartamentos que abundaban el sector. Cada uno había sido bautizado por la empresa constructora para darle un poco más de vitalidad a los grises gigantes que se erigían sobre la ciudad con sus económicos (decir baratos podría sonar hasta hiriente en cierto sentido) departamentos de dos habitaciones, una cocina, baño y recibidor, bastante pequeños todos por demás y así fuese menos cargo de conciencia tanto para quienes construyeron como para quienes ganaron su buen billete con eso.
En el edificio de código CFX-016, más conocido como "Gustavo", quién fué uno de los últimos en ser construido y bautizado es donde fijaremos nuestra atención, porque "Gustavo" tiene historias que contarnos y sería desconsiderado no escucharlo. Pero había olvidado mencionar la disposición de departamentos dentro de la familia de edificios viejos y grisaceos. Cada piso contaba con aproximadamente 10 puertas enumeradas del 01 al 09 antepuestas por el número de piso (muy original y común lo se). El número de pisos era variable, el mayor era "Andrés" con ocho pisos que como se veia, por su edad, pronto tendría seis o siete pisos solamente, porque el último piso, ya abandonado, pronto se caeria a pedazos. Luego muchos edificios de siete que bajaban en número de pisos mientras se construian (directamente proporcional a la baja de materiales y a la "necesidad" de construir más edificios) "Martín", que fué el último en ser construido y solo tenía dos pisos. "Gustavo", tenía cuatro, lo que haría un total de cuarenta apartamentos (las matemáticas a veces son útiles en estos casos), pero sólo 8 de sus puertas solían ser abiertas (las demás cerradas hasta nuevo aviso) donde sus moradores, tan humanos como tú y yo, solían vivir en un ambiente enrarecido y con olor a orina de gato, polvo de cemento y maderas pudriendose.
En el 108 habitaba María con sus dos hijos, Jesus y Magdalena. María por lo que podía apreciarse era una mujer sola que trabajaba de sol a sol para mantener a su prole, solía ser vista en el día desde restoranes, hasta en obras de construcción según fuese la fecha. María era una mujer de mediana edad, que si bien era joven, el cansancio y las pocas horas de sueño habían dejado en ella la estela de una edad no vivida aún. Con una fé intachable en Dios, no era raro verla en misa, orando con un crucifijo en las manos con los ojos cerrados y una devoción digna de una beata. Jamás estaba ausente de la vieja iglesía los días domingo, en los cuales ella con sus dos hijos partía muy temprano a sentarse a la puerta de la iglesia y oraban hasta que el padre abria para así, seguir con su rito adentro hasta el comienzo de la misa de Domingo. Como toda madre abnegada, intentaba todas las noches darse el tiempo de hablar con sus hijos e irlos a dejar a la escuela, dejar cocinado para que ellos solo calentasen su comida y obviamente ayudarlos a rezar todas las noches para que todo estuviera bien.
Una mujer muy digna de imitar para las personas que asistian a la iglesia, quienes ya pensaban hablar con el padre Rodolfo paara pedirle que enviaran una carta a alguna entidad eclesiastica, de forma que la mujer fuese beatificada, "porque mujeres como ellas hay pocas" solían aducir viejas mujeres con abrigos viejos y roñosos como ellas.
Pero volvamos al 108, donde María estaba cocinando luego de acostar a sus hijos. Como cada noche va a asegurarse que ambos esten dormidos, lo hace con ternura, como la mayoría de las madres se asegura de observar como carne que ha salido de su vientre sueña. Vienen recuerdos a su mente y se pregunta si su madre habra hecho eso alguna vez. Y es que María suele preguntarse eso cada noche, si es que su madre alguna vez la amó, y si fué así, por qué huyo con aquel hombre dejandola sola y a merced de su padre, un alcoholico que lo único que hizo luego de que ella abandonase el hogar, fué beber más y más hasta que su hígado no pudo resistir más, el cual terminó literalmente, reventandose. De allí María, a la edad de 13 años se quedó sola en este mundo, y como pasa en algunos cuentos, una tía vino y se la llevo para hacerse cargo de ella. María no puede decir que su vida con su tía fue mala, ella, una buena mujer, la trató como una más de sus hijas hasta el día de su muerte hace 3 meses ("Dios tenga en gloría su alma" solía decir cada vez que venía a su recuerdo), estuvo carente de madre y padre reales, solo una madre ficticia que no llenaba el vacío que habían dejado una egoista y un bebedor (según sus propías palabras).
Cuando llegó a la edad de 16 años, conoció a Alfonso, un chico que se convirtió en su primera pareja y que junto con él paso cinco años que lograron llenar en algo aquel agujero de su alma. -Pero nada es eterno, no?-piensa dandose cuenta que es tarde y que la comida ya esta lista, ahora debe asegurarse del bien de sus hijos y no pierde tiempo en cambiarse ropa. Un vestido corto y muy revelador, junto con maquillaje la traen de vuelta a la edad que en verdad tiene, se dirige a la puerta, no sin antes volver a ver el sueño de sus dos corazones (como ela los llamaba afectuosamente).
Se aseguro de salir sin ser vista y se dirigió a la avenida a paso veloz, podía ser tarde ya y la gente no suele ser paciente cuando se trata de tanta oferta y poca demanda (la economía también sirve en estos casos). María llega al sitio de siempre donde a los pocos minutos un automovil se detiene, le pregunta si nesta libre, a lo que ella responde que si. En estos días no es dificil encontrar a alguien, ni menos en un día como este. El hombre le habla de números y dinero, de gatos y perros, mientras conduce hacía una dirección desconocida, pero que para María es bastante familiar.
El motel "Mediodía" se hallaba a unos cuantos minutos en auto del lugar donde María esperaba a sus clientes, así que aunque para ese jovén ese lugar fuese un lugar nuevo, María lo conocia lo suficientemente bien. El dueño, que también atendia, vió por primera a María vez hace aproximadamente nueve años, era la típica pareja que va a un motel a tener relaciones sexuales, lo que no es ni era raro hace nueve años. Ese día María estaba nerviosa, pero Alfonso le dijo que no le dolería y que sería placentero para ambos y así lo fué. Pero las cosas no resultan siempre como se las quiere y esta fué el caso. María quedó embarazada al mismo tiempo que Alfonso desaparecio, quedandose con dos criaturas en su vientre.
Mientras el hombre disfrutaba de su carne, ella rememoraba, como cada vez que acudia a ese motel, a Alfonso, quién le dió todo lo que poseia, sus hijos. Al terminar el hombre le pregunto si estaba allí a menudo, a lo que ella contesto que si, le pregunto la hora y él le dijo que pronto amaneceria. María palidecio y le pidio que por faor la llevara a su casa, no le dijo porque, pero ella si. Ya era domingo y era hora de ir a la iglesia a orar por el bien de los niños.
En el edificio de código CFX-016, más conocido como "Gustavo", quién fué uno de los últimos en ser construido y bautizado es donde fijaremos nuestra atención, porque "Gustavo" tiene historias que contarnos y sería desconsiderado no escucharlo. Pero había olvidado mencionar la disposición de departamentos dentro de la familia de edificios viejos y grisaceos. Cada piso contaba con aproximadamente 10 puertas enumeradas del 01 al 09 antepuestas por el número de piso (muy original y común lo se). El número de pisos era variable, el mayor era "Andrés" con ocho pisos que como se veia, por su edad, pronto tendría seis o siete pisos solamente, porque el último piso, ya abandonado, pronto se caeria a pedazos. Luego muchos edificios de siete que bajaban en número de pisos mientras se construian (directamente proporcional a la baja de materiales y a la "necesidad" de construir más edificios) "Martín", que fué el último en ser construido y solo tenía dos pisos. "Gustavo", tenía cuatro, lo que haría un total de cuarenta apartamentos (las matemáticas a veces son útiles en estos casos), pero sólo 8 de sus puertas solían ser abiertas (las demás cerradas hasta nuevo aviso) donde sus moradores, tan humanos como tú y yo, solían vivir en un ambiente enrarecido y con olor a orina de gato, polvo de cemento y maderas pudriendose.
En el 108 habitaba María con sus dos hijos, Jesus y Magdalena. María por lo que podía apreciarse era una mujer sola que trabajaba de sol a sol para mantener a su prole, solía ser vista en el día desde restoranes, hasta en obras de construcción según fuese la fecha. María era una mujer de mediana edad, que si bien era joven, el cansancio y las pocas horas de sueño habían dejado en ella la estela de una edad no vivida aún. Con una fé intachable en Dios, no era raro verla en misa, orando con un crucifijo en las manos con los ojos cerrados y una devoción digna de una beata. Jamás estaba ausente de la vieja iglesía los días domingo, en los cuales ella con sus dos hijos partía muy temprano a sentarse a la puerta de la iglesia y oraban hasta que el padre abria para así, seguir con su rito adentro hasta el comienzo de la misa de Domingo. Como toda madre abnegada, intentaba todas las noches darse el tiempo de hablar con sus hijos e irlos a dejar a la escuela, dejar cocinado para que ellos solo calentasen su comida y obviamente ayudarlos a rezar todas las noches para que todo estuviera bien.
Una mujer muy digna de imitar para las personas que asistian a la iglesia, quienes ya pensaban hablar con el padre Rodolfo paara pedirle que enviaran una carta a alguna entidad eclesiastica, de forma que la mujer fuese beatificada, "porque mujeres como ellas hay pocas" solían aducir viejas mujeres con abrigos viejos y roñosos como ellas.
Pero volvamos al 108, donde María estaba cocinando luego de acostar a sus hijos. Como cada noche va a asegurarse que ambos esten dormidos, lo hace con ternura, como la mayoría de las madres se asegura de observar como carne que ha salido de su vientre sueña. Vienen recuerdos a su mente y se pregunta si su madre habra hecho eso alguna vez. Y es que María suele preguntarse eso cada noche, si es que su madre alguna vez la amó, y si fué así, por qué huyo con aquel hombre dejandola sola y a merced de su padre, un alcoholico que lo único que hizo luego de que ella abandonase el hogar, fué beber más y más hasta que su hígado no pudo resistir más, el cual terminó literalmente, reventandose. De allí María, a la edad de 13 años se quedó sola en este mundo, y como pasa en algunos cuentos, una tía vino y se la llevo para hacerse cargo de ella. María no puede decir que su vida con su tía fue mala, ella, una buena mujer, la trató como una más de sus hijas hasta el día de su muerte hace 3 meses ("Dios tenga en gloría su alma" solía decir cada vez que venía a su recuerdo), estuvo carente de madre y padre reales, solo una madre ficticia que no llenaba el vacío que habían dejado una egoista y un bebedor (según sus propías palabras).
Cuando llegó a la edad de 16 años, conoció a Alfonso, un chico que se convirtió en su primera pareja y que junto con él paso cinco años que lograron llenar en algo aquel agujero de su alma. -Pero nada es eterno, no?-piensa dandose cuenta que es tarde y que la comida ya esta lista, ahora debe asegurarse del bien de sus hijos y no pierde tiempo en cambiarse ropa. Un vestido corto y muy revelador, junto con maquillaje la traen de vuelta a la edad que en verdad tiene, se dirige a la puerta, no sin antes volver a ver el sueño de sus dos corazones (como ela los llamaba afectuosamente).
Se aseguro de salir sin ser vista y se dirigió a la avenida a paso veloz, podía ser tarde ya y la gente no suele ser paciente cuando se trata de tanta oferta y poca demanda (la economía también sirve en estos casos). María llega al sitio de siempre donde a los pocos minutos un automovil se detiene, le pregunta si nesta libre, a lo que ella responde que si. En estos días no es dificil encontrar a alguien, ni menos en un día como este. El hombre le habla de números y dinero, de gatos y perros, mientras conduce hacía una dirección desconocida, pero que para María es bastante familiar.
El motel "Mediodía" se hallaba a unos cuantos minutos en auto del lugar donde María esperaba a sus clientes, así que aunque para ese jovén ese lugar fuese un lugar nuevo, María lo conocia lo suficientemente bien. El dueño, que también atendia, vió por primera a María vez hace aproximadamente nueve años, era la típica pareja que va a un motel a tener relaciones sexuales, lo que no es ni era raro hace nueve años. Ese día María estaba nerviosa, pero Alfonso le dijo que no le dolería y que sería placentero para ambos y así lo fué. Pero las cosas no resultan siempre como se las quiere y esta fué el caso. María quedó embarazada al mismo tiempo que Alfonso desaparecio, quedandose con dos criaturas en su vientre.
Mientras el hombre disfrutaba de su carne, ella rememoraba, como cada vez que acudia a ese motel, a Alfonso, quién le dió todo lo que poseia, sus hijos. Al terminar el hombre le pregunto si estaba allí a menudo, a lo que ella contesto que si, le pregunto la hora y él le dijo que pronto amaneceria. María palidecio y le pidio que por faor la llevara a su casa, no le dijo porque, pero ella si. Ya era domingo y era hora de ir a la iglesia a orar por el bien de los niños.
sábado, 8 de marzo de 2008
Memorias
Para T.G. (lamentablemente te me pasaste por la cabezota y se me ocurrio esta bestia)
Marianela despertó muy emocionada esa mañana, se puso sus zapatillas de levantarse y silenciosamente bajó a la habitación de sus padres. Es que aquel día no era un día como los demás, ese día era su cumpleaños, esa fecha que ella esperaba ansiosamente todos los años, ya que significaba tortas, regalos y todo lo que una niña de ocho años pudiese desear, más si sus padres estaban allí ese día, porque ellos eran muy cordiales con las visitas y muy buenos padres por demás.
Marianela era una niña de cabello castaño y largo (por lo general hecho una larga trenza) , tez blanca y unos ojos pardos y profundos, que había heredado por parte de su madre y unos labios pequeños que parecian de muñeca que eran de la familia de su padre, de facciones muy poco marcadas que daban la sensación que su rostro era de porcelana (aunque al tocarla te dabas cuenta que realmente era piel). Sus manos eran bastante finas y sus piernas delgadas, pero no al nivel del raquitismo, si no delgadas sanamente hablando. Su voz era suave aunque bastante armoniosa y solía ser notada siempre cuando hablaba, ella misma se sentía orgullosa de tal instrumento que era su voz.
Volviendo a nuestra historia (sino, ¿que haríamos aquí, yo escribiendo y usted leyendo?), Marianela bajó las escaleras corriendo hasta la habitación de sus padres que se encontraba en el primer piso de la gran casa en la que habitaban. Corrió y corrió hasta llegar a la puerta blanca de la habitación, abrió la puerta y gritó-Sorpresa!!!!!- más nadie contestó, ya que la habitación se encontraba totalmente vacía. Un poco desilusionada, se puso a hurgar entre los sitios de la habitación para terminar desilusionandose totalmente al corroborar que no había nada allí. Decidió buscar en toda la casa (no fuese que era una fiesta sorpresa y se hubiesen ocultado de ella y sus regalos estuviesen en otro lugar), pero su busqueda en toda la casa fué en vano. No estaban en el recibidor, ni el patio, menos en la cocina, lugares tan comunes. Ella estaba decepcionada en este último sitio y decidio desayunar sola. Recordó las muchas discusiones que habían tenido sus padres allí, claro que se aseguraban que ella no estuviese presente, pero cómo los muros no son sordos, solían contarle a Marianela lo que sucedía con lujo de detalle en su habitación llena de colores. Los muros solían murmurarle lo que ocurría en la casa. Las peleas, las conversaciones de sus padres, todo se lo contaban los muros, que eran delgados y fragiles, pero con un oido listo para escuchar y transmitirle a Marianela lo que sucedia en otros sitios de la casa.
Frustrada partió a su habitación, aún esperando alguna clase de sorpresa, aunque sin tanto animo como en la mañana, miró el calendario y una lágrima recorrio su mejilla, esa lágrima que sólo corría cuando su padre golpeaba a su madre y el dolor de esta se transmitía casi por sincronía a Marianela, quién podía sentir los golpes en los brazos y piernas al momento que esa lágrima silenciosa recorria su blanca tez e iba a dar al piso, quién seguía transmitiendo sin importar lo que sucediese, y a pesar que ese espectaculo no ocurría a menudo, cuando pasaba, el piso automaticamente se ponía a transmitir. Cuantos años habran pasado mientras ella sentía los sollozos de su madre mientras el padre se dirigía a la puerta amenazando con no volver y que si llegaba a hacerlo no quería verla o si no volvería a golpearla y la súplicas de la madre que no paraban hasta que la puerta cerrandose con violencia anunciaba la salida del padre y el comienzo del llanto eterno que duraba hasta que Marianela se dormía en el piso para despertar al día siguiente y seguirle el juego de "nada ha sucedido" a su madre.
Marianela sube a su habitación, ya que no tiene sentido seguir abajo en el silencio abrumante del comedor. Sube pesadamente los escalones uno por uno, entra sa su habitación y se acuesta en el medio de la habitación, en aquella alfombra donde el piso solía susurrarle al oido lo que ocurría en el hogar y nadie se atrevía a decirle. El suelo y los muros, los únicos que le dijeron la verdad, pero ahora mudos y silenciosos, así no le gustaban, callados como los muros que eran, luego de estar un rato acostada, siente un susurro, pero no era el susurro de siempre, una frase sola-Es momento de irnos- entonces ella epieza a desaparecer mientras la casa de a poco se decolora, sus pisos y muros se corroen, los muebles se convierten en polvo en un vortice de nada en el que la casa deja de existir y se convierte en solo ruinas y escombros. Porque Marianela si existio, pero con otro nombre y en otro tiempo, eso pasa cuando un espiritu errante se involucra con recuerdos de otros.
Marianela despertó muy emocionada esa mañana, se puso sus zapatillas de levantarse y silenciosamente bajó a la habitación de sus padres. Es que aquel día no era un día como los demás, ese día era su cumpleaños, esa fecha que ella esperaba ansiosamente todos los años, ya que significaba tortas, regalos y todo lo que una niña de ocho años pudiese desear, más si sus padres estaban allí ese día, porque ellos eran muy cordiales con las visitas y muy buenos padres por demás.
Marianela era una niña de cabello castaño y largo (por lo general hecho una larga trenza) , tez blanca y unos ojos pardos y profundos, que había heredado por parte de su madre y unos labios pequeños que parecian de muñeca que eran de la familia de su padre, de facciones muy poco marcadas que daban la sensación que su rostro era de porcelana (aunque al tocarla te dabas cuenta que realmente era piel). Sus manos eran bastante finas y sus piernas delgadas, pero no al nivel del raquitismo, si no delgadas sanamente hablando. Su voz era suave aunque bastante armoniosa y solía ser notada siempre cuando hablaba, ella misma se sentía orgullosa de tal instrumento que era su voz.
Volviendo a nuestra historia (sino, ¿que haríamos aquí, yo escribiendo y usted leyendo?), Marianela bajó las escaleras corriendo hasta la habitación de sus padres que se encontraba en el primer piso de la gran casa en la que habitaban. Corrió y corrió hasta llegar a la puerta blanca de la habitación, abrió la puerta y gritó-Sorpresa!!!!!- más nadie contestó, ya que la habitación se encontraba totalmente vacía. Un poco desilusionada, se puso a hurgar entre los sitios de la habitación para terminar desilusionandose totalmente al corroborar que no había nada allí. Decidió buscar en toda la casa (no fuese que era una fiesta sorpresa y se hubiesen ocultado de ella y sus regalos estuviesen en otro lugar), pero su busqueda en toda la casa fué en vano. No estaban en el recibidor, ni el patio, menos en la cocina, lugares tan comunes. Ella estaba decepcionada en este último sitio y decidio desayunar sola. Recordó las muchas discusiones que habían tenido sus padres allí, claro que se aseguraban que ella no estuviese presente, pero cómo los muros no son sordos, solían contarle a Marianela lo que sucedía con lujo de detalle en su habitación llena de colores. Los muros solían murmurarle lo que ocurría en la casa. Las peleas, las conversaciones de sus padres, todo se lo contaban los muros, que eran delgados y fragiles, pero con un oido listo para escuchar y transmitirle a Marianela lo que sucedia en otros sitios de la casa.
Frustrada partió a su habitación, aún esperando alguna clase de sorpresa, aunque sin tanto animo como en la mañana, miró el calendario y una lágrima recorrio su mejilla, esa lágrima que sólo corría cuando su padre golpeaba a su madre y el dolor de esta se transmitía casi por sincronía a Marianela, quién podía sentir los golpes en los brazos y piernas al momento que esa lágrima silenciosa recorria su blanca tez e iba a dar al piso, quién seguía transmitiendo sin importar lo que sucediese, y a pesar que ese espectaculo no ocurría a menudo, cuando pasaba, el piso automaticamente se ponía a transmitir. Cuantos años habran pasado mientras ella sentía los sollozos de su madre mientras el padre se dirigía a la puerta amenazando con no volver y que si llegaba a hacerlo no quería verla o si no volvería a golpearla y la súplicas de la madre que no paraban hasta que la puerta cerrandose con violencia anunciaba la salida del padre y el comienzo del llanto eterno que duraba hasta que Marianela se dormía en el piso para despertar al día siguiente y seguirle el juego de "nada ha sucedido" a su madre.
Marianela sube a su habitación, ya que no tiene sentido seguir abajo en el silencio abrumante del comedor. Sube pesadamente los escalones uno por uno, entra sa su habitación y se acuesta en el medio de la habitación, en aquella alfombra donde el piso solía susurrarle al oido lo que ocurría en el hogar y nadie se atrevía a decirle. El suelo y los muros, los únicos que le dijeron la verdad, pero ahora mudos y silenciosos, así no le gustaban, callados como los muros que eran, luego de estar un rato acostada, siente un susurro, pero no era el susurro de siempre, una frase sola-Es momento de irnos- entonces ella epieza a desaparecer mientras la casa de a poco se decolora, sus pisos y muros se corroen, los muebles se convierten en polvo en un vortice de nada en el que la casa deja de existir y se convierte en solo ruinas y escombros. Porque Marianela si existio, pero con otro nombre y en otro tiempo, eso pasa cuando un espiritu errante se involucra con recuerdos de otros.
miércoles, 5 de marzo de 2008
Escriba en no menos de una plana lo que hizo en Vacaciones
Bueno, para empezar estas no fueron unas buenas vacaciones, me refiero a que si a veces fueron buenas, pero lo malo fué malo. No se si empiezo por lo bueno, lo malo o lo miselaneo. Supongo que sería preferible narrar los actos de una manera cronológica, así evito más confusiones que las que yo mismo tengo ya son suficientes. Creo que todo empezo una mañana, o noche?, no me acuerdo mucho. La Karina me dijo que nos iriamos de viaje con el Checho y la Jazmin al campo por un par de semanas. Obviamente cómo mi hermana es una manipuladora y es mayor que yo, se la ingenio para decirle a mis papás que estariamos bien, siendo que nada de eso pasaría.
Estuvimos un par de días viajando en auto, que obviamente el Checho conducía por ser el único con licencia, fueron agobiantes días donde yo sólo quería salir y devolverme al lugar que llamaba casa, el encierro me abrumaba, pero quedar mal ante la Jazmin y el Checho que habían decidido venir a la aventura al campo. Después de pasar por varios cerros, vislumbramos el campo al que ibamos, era maravillosamente perfecto verlo desde tal altura. Si, podía ser que las vacaciones planeadas por mi hermana funcionasen alguna vez, y esta llegue a pensar que eran, lamentablemente el viaje había sido demasiado tranquilo, debí suponer que no lo sería y es que se trata de mi hermana, ella, la que siempre arruin todo.
Recuerdo que cuando niños ella mató a los peces dorados de mamá, pero siempre me culpaban a mí de todas sus maldades, era muy zorra para mí y mis padres jamás notaron huella suya en la escena de los hechos.
En fin, volviendo a las vacaciones, llegamos sin mayor complicación con el Checho y la Jazmin, mi hermana decidio que acampasemos cerca del río, ya que era el sitio que mejor se acomodaba y mientras las mujeres se dedicaban a ordenar con el Checho fuimos a recoger madera para la fogata. Entonces ocurrio la primera desgracia, la Karina aparecio corriendo mientras ibamos al borde de un peligroso acantilado con él, ella no midio su velocidad y empujo al checho al barranco donde desaparecio entre el polvo y las rocas que se desbordaron con la caida, nunca más lo volvimos a ver. Cuando regrese con la madera la Jazmin me pregunto por el fallecido, le dije que por "accidente" había caido al barranco, ella sólo se limito a llorar, pero le dije que él había muerto feliz y que justo antes de caer habiamos estado hablando de que pasaría si llegaba a morir, y que él había expresado el haber hecho ya todo lo que tenía que hacer en esta vida, así que lo más conveniente era que se tranquilizara y disfrutara del paseo. De modo que sólo eramos 3 pasando esas vacaciones, pero estoy seguro que el fantasma de él nos acompañaba en cada vuelta, en cada minuto que nos bañabamos en el río, no fué agradable.
Pasaron así 13 días en los que hubo paz, quietud, mucho que comer y goce compartido, pero la Karina se aburría, siempre lo estuvo, no fué a pescar ni visitó el pueblo con nosotros, nisiquiera nos acompaño en los momentos de amor, nada, ella iba y venía como quería y eso realmente me molestaba. El día 14, ella llego al parecer ebria y con una pistola, empacabamos para irnos y todo fué muy rápido, no sé que ocurrió primero, si ella disparo a la Jazmin o yo huí y la deje botada. Llegue donde la policia, la cual me tomo detenido y me devolvio a casa.
Lo más raro, fué que hablaban de un loco que se había escapado del sanatorio, que se había robado un auto y secuestrado a una pareja de nombres Luis algo y Daniela algo, hablaban de pistolas, robos y fugas que no entendí, m´ças no me importaba, Karina estaba ya lejos y a mi me llevaban a casa. Sólo me molestó que al preguntar por mis padres, que si sabían que me habían encontrado, sólo rieran y respondieran que no se puede llamar por telefono a los muertos, que mal educados.
Me devolvieron a casa donde me encerraron para no salir más, dijeron que mi enfermedad había avanzado mucho y que era mejor que no saliera al patio en un tiempo, que me había portado mal y que dejara de culpar a mi hermana, porque ella no estaba. Detesto a Karina, siempre haciendo que me culpen de cosas que no hago, siempre ahí, pero nunca a la vista.
Estuvimos un par de días viajando en auto, que obviamente el Checho conducía por ser el único con licencia, fueron agobiantes días donde yo sólo quería salir y devolverme al lugar que llamaba casa, el encierro me abrumaba, pero quedar mal ante la Jazmin y el Checho que habían decidido venir a la aventura al campo. Después de pasar por varios cerros, vislumbramos el campo al que ibamos, era maravillosamente perfecto verlo desde tal altura. Si, podía ser que las vacaciones planeadas por mi hermana funcionasen alguna vez, y esta llegue a pensar que eran, lamentablemente el viaje había sido demasiado tranquilo, debí suponer que no lo sería y es que se trata de mi hermana, ella, la que siempre arruin todo.
Recuerdo que cuando niños ella mató a los peces dorados de mamá, pero siempre me culpaban a mí de todas sus maldades, era muy zorra para mí y mis padres jamás notaron huella suya en la escena de los hechos.
En fin, volviendo a las vacaciones, llegamos sin mayor complicación con el Checho y la Jazmin, mi hermana decidio que acampasemos cerca del río, ya que era el sitio que mejor se acomodaba y mientras las mujeres se dedicaban a ordenar con el Checho fuimos a recoger madera para la fogata. Entonces ocurrio la primera desgracia, la Karina aparecio corriendo mientras ibamos al borde de un peligroso acantilado con él, ella no midio su velocidad y empujo al checho al barranco donde desaparecio entre el polvo y las rocas que se desbordaron con la caida, nunca más lo volvimos a ver. Cuando regrese con la madera la Jazmin me pregunto por el fallecido, le dije que por "accidente" había caido al barranco, ella sólo se limito a llorar, pero le dije que él había muerto feliz y que justo antes de caer habiamos estado hablando de que pasaría si llegaba a morir, y que él había expresado el haber hecho ya todo lo que tenía que hacer en esta vida, así que lo más conveniente era que se tranquilizara y disfrutara del paseo. De modo que sólo eramos 3 pasando esas vacaciones, pero estoy seguro que el fantasma de él nos acompañaba en cada vuelta, en cada minuto que nos bañabamos en el río, no fué agradable.
Pasaron así 13 días en los que hubo paz, quietud, mucho que comer y goce compartido, pero la Karina se aburría, siempre lo estuvo, no fué a pescar ni visitó el pueblo con nosotros, nisiquiera nos acompaño en los momentos de amor, nada, ella iba y venía como quería y eso realmente me molestaba. El día 14, ella llego al parecer ebria y con una pistola, empacabamos para irnos y todo fué muy rápido, no sé que ocurrió primero, si ella disparo a la Jazmin o yo huí y la deje botada. Llegue donde la policia, la cual me tomo detenido y me devolvio a casa.
Lo más raro, fué que hablaban de un loco que se había escapado del sanatorio, que se había robado un auto y secuestrado a una pareja de nombres Luis algo y Daniela algo, hablaban de pistolas, robos y fugas que no entendí, m´ças no me importaba, Karina estaba ya lejos y a mi me llevaban a casa. Sólo me molestó que al preguntar por mis padres, que si sabían que me habían encontrado, sólo rieran y respondieran que no se puede llamar por telefono a los muertos, que mal educados.
Me devolvieron a casa donde me encerraron para no salir más, dijeron que mi enfermedad había avanzado mucho y que era mejor que no saliera al patio en un tiempo, que me había portado mal y que dejara de culpar a mi hermana, porque ella no estaba. Detesto a Karina, siempre haciendo que me culpen de cosas que no hago, siempre ahí, pero nunca a la vista.
martes, 4 de marzo de 2008
Brisas
Hay veces que me gusta ver las hojas caer, caen y caen. El otoño se acerca y junto con él los cambios de colores que siempre hay de una estación a otra. El viento se desliza suavemente sobre lo habitantes de la ciudad que después de un acalorado verano, solo ansian que esa brisa les llegué en la cara. Es ese viento una especie de sol de primavera, algo que esperamos y disfrutamos solo después de pasar por algo extremo a nivel de temperatura. Esperamos ansiosamente esa brisa que sabemos que llegara, y somos capaces de soportar el infernal verano y el invernal invierno (valga la redundancia). Seguro gente mirara sus calendarios, porque en Marzo suelen llegar los cambios (por lo menos aquí) y así, irónicamente llegaran los días más calurosos del año(por lo menos aquí), pero de todas formas ya veran las fechas con otros ojos, porque hay quienes dicen que Marzo pasa volando y otros que dicen que simplemente no pasa y se queda ahí, mirandonos las caras y riendose de nosotros, ya que Marzo es travieso y le gusta demostrarnos que esta allí de formas muy especiales, con gastos y cosas que no vale la pena mencionar, mucha economía, mucho flujo, mucho gasto y sobretodo mucho calor. Seguro la gente mira su reloj, porque las horas son importantes, cada hora represante un quedarse, un irse, un comer. Las horas punta y las valle (que no son majestuosos montes con nieve en la punta ni verdes y limpios valles) que vienen y van y significan el metro atrochado y micros llenas, pero cuando menos lo pienses llegara esa brisa, esa que te dara en la cara y te hará cerrar los ojos para disfrutarla y olvidar que estas aquí, olvidar el stress y el olor a axila de la persona que va a tu lado. Si lo piensas bien hay brisas y brisas, pero todas tratan de llevarte por un segundo lejos del aquí y del ahora, lejos de los presentes, pasados y futuros, de cuentas innecesarias y del vendedor de helados que vende baratijas que causan tumores. El otoño se acerca, pero recuerda que es temporal y que llegará el invierno, pero no te preocupes, siempre llegara el sol de primavera, esta ya predispuesto por la economía y supervivencia del planeta (a menos que el calentamiento global lo suprima claro). Por ahora solo espera aquella brisa y elevate, te daras cuenta que la hiel deja de serlo cuando piensas que es miel.
lunes, 3 de marzo de 2008
Pre-Fabricada
Alissa estaba de pié, junto a ella su madre que se encargaba que cada minucioso detalle quedará a la perfección, para ello utilizaba el gran espejo que estaba en aquella habitación vieja, un tanto terrorifica al igual que el espejo que tenía un rostro que con los años solo quedaba un craneo viejo con pelos colgando que daba la impresión de haberse deprimido de jamás ver otra cosa que la especie de farol que tenía al frente.
Alissa en ese momento lucía unos zapatos rojos y brillantes que eran de un rojo vivaz e incitador, un color vivo y lleno de movimiento que daba la impresión, hacían verse de más edad que lo que su estatura permitía a los ojos de la gente que solía verla a diario. Sus pies le dolían, pero eso no era importante en este momento.
Sus piernas con unas pantis que daban aspecto de bronceado a sus piernas que rara vez veian el Sol. Siendo ella una mujer de pantalones, era dificil que sus piernas tomasen ese color naturalmente, lo que es peor, era de extrañar que estuvieran tan bien formadas y aún así ella jamás las mostrase a menos que estuviese bañandose en alguna piscina del sector (lo que no sucedía en muchas ocasiones, ya que no solía ser muy sociable).
Más arriba una falda que mostraba casi crca de ese lugar preciado para las niñas, pero ella jamás había usado una falda, menos una de un color tan vulgar cómo rosa, ella solía decir que las mujeres indignas mostraban sus piernas con faldas para atraer hombres que buscaban a las niñas. Eso le parecia hasta ciero punto inmoral y falto de respeto.
Su cintura era decorada por un cinturon ancho de cuero de color rojo, que le daba un aspecto raro al traje que llevaba esa noche. Las hevillas plateadas aumentaban más este aspecto y esa forma de destacar una imagen femenina que se había estado escondiendo del mundo porque simplemente no le parecia.
Una chaqueta corta y del mismo rojo del cinturon era lo único que cubría su pecho y parte del abdomen, que con el frío que hacía aquella noche, dificil que la protegiese de un resfriado. Ella solía usar poleras grandes que no mostrasen el crecimiento de sus pechos, eso a ella le avergonzaba y más el hecho que su cuerpo estuviese cambiando a una fragilidad que le hacía más dificultoso correr y escalar arboles para recoger frutos y poder ver de las alturas.
Su cuello que llevaba una cadena de oro vieja, era opacado por su rostro completamente maquillado. Rubor en las mejillas, delineador y sombra en los ojos y un labial que resaltaba sus labios, así cómo unos maravillosos ojos azules cómo el cielo que parecian tener el poder de curar a cualquier persona que sufriese de soledad. Esos ojos alguna vez vieron sangre entre sus piernas y se helaron, esperaba que esa fecha no llegara, sus zafirros perdieron el brillo, intetonto ocultarlo, pero su madre también conocía esa fecha.
Su pelo largo y castaño se deslizaba hasta su cintura dandole el aire de una ninfa. Muchas veces la habían tratado así en casa de su madre, pero le decían que la ropa de niño no le quedaba, que ella era una señorita. Su madre sólo reia ante esos elogios hacía su hija, pero nunca hizo otro comentario más que sonreir y moverse con gracia.
Ya era la hora, Alissa debía bajar, ella hubiese preferido otro destino, pero el suyo ya estaba fijado desde el día de su nacimiento.
Alissa en ese momento lucía unos zapatos rojos y brillantes que eran de un rojo vivaz e incitador, un color vivo y lleno de movimiento que daba la impresión, hacían verse de más edad que lo que su estatura permitía a los ojos de la gente que solía verla a diario. Sus pies le dolían, pero eso no era importante en este momento.
Sus piernas con unas pantis que daban aspecto de bronceado a sus piernas que rara vez veian el Sol. Siendo ella una mujer de pantalones, era dificil que sus piernas tomasen ese color naturalmente, lo que es peor, era de extrañar que estuvieran tan bien formadas y aún así ella jamás las mostrase a menos que estuviese bañandose en alguna piscina del sector (lo que no sucedía en muchas ocasiones, ya que no solía ser muy sociable).
Más arriba una falda que mostraba casi crca de ese lugar preciado para las niñas, pero ella jamás había usado una falda, menos una de un color tan vulgar cómo rosa, ella solía decir que las mujeres indignas mostraban sus piernas con faldas para atraer hombres que buscaban a las niñas. Eso le parecia hasta ciero punto inmoral y falto de respeto.
Su cintura era decorada por un cinturon ancho de cuero de color rojo, que le daba un aspecto raro al traje que llevaba esa noche. Las hevillas plateadas aumentaban más este aspecto y esa forma de destacar una imagen femenina que se había estado escondiendo del mundo porque simplemente no le parecia.
Una chaqueta corta y del mismo rojo del cinturon era lo único que cubría su pecho y parte del abdomen, que con el frío que hacía aquella noche, dificil que la protegiese de un resfriado. Ella solía usar poleras grandes que no mostrasen el crecimiento de sus pechos, eso a ella le avergonzaba y más el hecho que su cuerpo estuviese cambiando a una fragilidad que le hacía más dificultoso correr y escalar arboles para recoger frutos y poder ver de las alturas.
Su cuello que llevaba una cadena de oro vieja, era opacado por su rostro completamente maquillado. Rubor en las mejillas, delineador y sombra en los ojos y un labial que resaltaba sus labios, así cómo unos maravillosos ojos azules cómo el cielo que parecian tener el poder de curar a cualquier persona que sufriese de soledad. Esos ojos alguna vez vieron sangre entre sus piernas y se helaron, esperaba que esa fecha no llegara, sus zafirros perdieron el brillo, intetonto ocultarlo, pero su madre también conocía esa fecha.
Su pelo largo y castaño se deslizaba hasta su cintura dandole el aire de una ninfa. Muchas veces la habían tratado así en casa de su madre, pero le decían que la ropa de niño no le quedaba, que ella era una señorita. Su madre sólo reia ante esos elogios hacía su hija, pero nunca hizo otro comentario más que sonreir y moverse con gracia.
Ya era la hora, Alissa debía bajar, ella hubiese preferido otro destino, pero el suyo ya estaba fijado desde el día de su nacimiento.
Mentiroso
Entra un niño corriendo a su casa mientras los adultos conversaban en la mesa sobre cosas de adultos. Muy excitado y dando la impresión de estar a punto de estallar grita.
-He visto un árbol enorme, era alto tan alto que sus ramas se expandían hasta el cosmo y veian pasar las estrellas junto a ellas. Era tan amplio que su sombra se alzaba sobre la mayoría de las casas del vecindario y sus hojas son tan vivas que cuando caen danzan y al caer en la tierra se transforman en arbustos y flores!
Todos lo miraron extrañado y se echaron a reir. Después le explicaron que habían cosas que eran imposibles y que mejor se dedicara a estudiar para ser un gran medico cuando fuese mayor e hiciera cosas de verdad constructivas.
-He visto un árbol enorme, era alto tan alto que sus ramas se expandían hasta el cosmo y veian pasar las estrellas junto a ellas. Era tan amplio que su sombra se alzaba sobre la mayoría de las casas del vecindario y sus hojas son tan vivas que cuando caen danzan y al caer en la tierra se transforman en arbustos y flores!
Todos lo miraron extrañado y se echaron a reir. Después le explicaron que habían cosas que eran imposibles y que mejor se dedicara a estudiar para ser un gran medico cuando fuese mayor e hiciera cosas de verdad constructivas.
sábado, 1 de marzo de 2008
Track Nº0
Hare una pequeño receso creativo por hoy para poner (al estilo más indie, pero no, no es mi intención poner una canción mamona y existencialista) una pequeña lyric de una canción que llamó mi atención cuando recien pude leer su lyric en Ingles (estaba en Japones/chino? y obviamente yo no se ese idioma) y eso.
GOMU OKKUSENMAN
miércoles, 27 de febrero de 2008
Rumores
Siempre que me sentaba a comer con mis compañeros a la hora de almuerzo, solían hablar de cosas que oian por allí. Rendijas escondidas, agujeros en los muros, todo era un infimo lugar donde potencialmente podía haber alguna noticia inesperada que cambiase el curso del día a un espiral de dudas sin respuesta. Yo en mi caso personal, suelo escucharlos la mayoría del tiempo, a veces llegan con cosas bastante símpaticas y novedosas, cómo a veces con chismes de los más bajos que jamás halla escuchado. Con respecto a estos últimos, había algo que me hacía sospechar que lo de hoy no sería nada más que eso. Tal vez fuese la sonrisa con la que llegó Carlos o los manos temblorosas de Andrés que ya hacían una especie de predicción de lo que ya venía. Apenas nos sentamos con nuestros respectivos almuerzos sono la euforica voz de Andrés.
-Y supieron la última-comentó excitado.
-No, pero me huele a que pronto lo sabremos, o no Josefa?-responde Karen curiosamente-.
-Ah...si-respondó con un interes casi fingido-. Seguramente es algo que no querremos perdernos.
-Obviamente que les interesara-responde Carlos-. Aunque-baja la voz-hay que hablarlo en voz baja, ya que si nos escucha puede que corramos peligro y ella está muy cerca-.
-Ella, quien es ella?-pregunta Karen totalmente absorbida por el juego de bajar la voz, casi cómo un espía encubierto-.
-Shhhhhhhhh. Baja la voz. Vieron a la chica nueva que llegó, esa, la que no hizo más que saludarnos y no habló más. Si ella, Karen no la mires, se va a dar cuenta que hablamos de ella...-.
Aunque ella ni parecía notar nuestra presencia en aquel lugar, se hallaba totalmente pérdida en su pote lleno de arroz y carne sin comer, cómo quién contempla el agua de un estanque turbio buscando un reflejo inexistente que jamás llegara a existir. Me pareció ver sus ojos inescrutables, sin vida, solo observando, arrojar una lágrima. Quizas era sudor, o alguna gota de agua pasajera que pasaba por allí.
Mientras yo la observaba, al parecer, los chicos me estuvieron vigilando, casí cómo si pensaran que me aseguraba de que no nos estuviera mirando. Carlos es el primero en hablar cuando salgo de mi trance.
-Josefa, no se dió cuenta, verdad?-pregunta Carlos casi como esperando mi asentimiento para seguir contandonos la historia. Yo solo me límito a asentir con la cabeza a lo que él retoma la historia que iba a comenzar a narrar-. Me dijeron que su nombre es Micaela y que la transfirieron de un colegio de otro sector. Dicen que la transfirieron por problemas con sus compañeros, aunque a mí me dijeron que no era por eso, que fué porque mató a alguién en su anterior escuela y...
-No me asustes, insensible-chilla despacio Karen que parece asustada con la noticia-. Lo único que quieres es asustarme para irme a la casa contigo, pero ni creas que pololeare contigo porque...
-Shhhhhhhhhhhh-la interrumpe Andrés a lo que ella responde cruzandose de brazos y haciendo una especie de puchero-. Dejemos que Carlos terminé de contarles lo que pasó.
-Gracias compadre. Pro-sigo-cambia el tono de voz a uno más ceremonial y termina lo que empezó-. Dicen que ella amaba en secreto a una compañera. Si Karen, compañera-responde al ver la cara de asco de Karen-, me contaron que por muchos años se notaba que ella era distinta, solitaria, casi sin amigos, a excepción de aquella chica a la cual amaba en secreto. Eran mejores amigas y solían verlas juntas todos los días de clases, hacían juntas los trabajos, iban a los mismos talleres, sin contar el secreto, eran las personas más únidas, hasta aquel día-dijo ensombreciendo tanto su rostro como el tono de voz-. Ella había decidido declararle sus sentimientos el día del aniversario del colegio, en el cual, por las noches hacían un gran baile. Nadie sabe que sucesió entre ellas dos. Lo que si se sabe, es que en medio de la pista de baile, comenzó a gotear sangre. Cuando lo notaron muchos se asustaron, y más aún cuando vieron arriba, en la bola de cristal, un cuerpo que colgaba. Era el de la amiga de Micaela, y encerrada en la biblioteca se hallaba Micaela cubierta de sangre y cuchillo en mano. Cuentan que cuando la encontraron, ella dijo que ya era tarde. Obviamente por aquel acto la echaron y después de pasar por muchos colegios más vinó a parar aquí, nadie sabe por qué. Dado su expediente criminal y sus costumbres, lo que recomiendan es no acercarse mucho a ella, ya que seguramente te terminará matando-.
Andrés se soba las manos de la emoción, Karen se tapa la boca y Carlos, satifecho, mira a Karen casi como esperando que ella lo vaya a abrazar. Yo sin embargo continuo mirandola a ella y su plato sin comer y sus ojos ensombrecidos por la soledad. ¿Será que dicen eso a casa lugar que vas y te sigue como las las pulgas siguen a los perros antes de morir?. Después los chicos cambian de tema mientras Micaela (si es que así se llama) se retira sin haber comido nada. Nunca más volvimos a saber de ella. Y a los pocos días de su desaparición dejó de ser noticia y ya no tuvieron de que hablar.
Desde aquel incidente, en el cual Karen se emparejo con Carlos, comencé a sentarme sola donde alguna vez se sentó ella, intentando comprenderla y quedando con las ganas de haberle dirigido la palabra por lo menos una vez y enterarme de primera fuente su tragedía, porque la soledad carcome el alma y los sentimientos si no existe una compañía que la aplaque por un momento. Quién sabe?. Quizas comiencen a hablar que me comencé a sentar sola porque hice algo malo o asesine a mis padres o me volví loca. Pero lo hice de manera que mis compañeros tuviesen algo de que hablar y yo poder entender que se siente mirar un plato y no encontrar nada, nisiquiera hambre, sólo la soledad, que no llena nisiquiera un tripa.
-Y supieron la última-comentó excitado.
-No, pero me huele a que pronto lo sabremos, o no Josefa?-responde Karen curiosamente-.
-Ah...si-respondó con un interes casi fingido-. Seguramente es algo que no querremos perdernos.
-Obviamente que les interesara-responde Carlos-. Aunque-baja la voz-hay que hablarlo en voz baja, ya que si nos escucha puede que corramos peligro y ella está muy cerca-.
-Ella, quien es ella?-pregunta Karen totalmente absorbida por el juego de bajar la voz, casi cómo un espía encubierto-.
-Shhhhhhhhh. Baja la voz. Vieron a la chica nueva que llegó, esa, la que no hizo más que saludarnos y no habló más. Si ella, Karen no la mires, se va a dar cuenta que hablamos de ella...-.
Aunque ella ni parecía notar nuestra presencia en aquel lugar, se hallaba totalmente pérdida en su pote lleno de arroz y carne sin comer, cómo quién contempla el agua de un estanque turbio buscando un reflejo inexistente que jamás llegara a existir. Me pareció ver sus ojos inescrutables, sin vida, solo observando, arrojar una lágrima. Quizas era sudor, o alguna gota de agua pasajera que pasaba por allí.
Mientras yo la observaba, al parecer, los chicos me estuvieron vigilando, casí cómo si pensaran que me aseguraba de que no nos estuviera mirando. Carlos es el primero en hablar cuando salgo de mi trance.
-Josefa, no se dió cuenta, verdad?-pregunta Carlos casi como esperando mi asentimiento para seguir contandonos la historia. Yo solo me límito a asentir con la cabeza a lo que él retoma la historia que iba a comenzar a narrar-. Me dijeron que su nombre es Micaela y que la transfirieron de un colegio de otro sector. Dicen que la transfirieron por problemas con sus compañeros, aunque a mí me dijeron que no era por eso, que fué porque mató a alguién en su anterior escuela y...
-No me asustes, insensible-chilla despacio Karen que parece asustada con la noticia-. Lo único que quieres es asustarme para irme a la casa contigo, pero ni creas que pololeare contigo porque...
-Shhhhhhhhhhhh-la interrumpe Andrés a lo que ella responde cruzandose de brazos y haciendo una especie de puchero-. Dejemos que Carlos terminé de contarles lo que pasó.
-Gracias compadre. Pro-sigo-cambia el tono de voz a uno más ceremonial y termina lo que empezó-. Dicen que ella amaba en secreto a una compañera. Si Karen, compañera-responde al ver la cara de asco de Karen-, me contaron que por muchos años se notaba que ella era distinta, solitaria, casi sin amigos, a excepción de aquella chica a la cual amaba en secreto. Eran mejores amigas y solían verlas juntas todos los días de clases, hacían juntas los trabajos, iban a los mismos talleres, sin contar el secreto, eran las personas más únidas, hasta aquel día-dijo ensombreciendo tanto su rostro como el tono de voz-. Ella había decidido declararle sus sentimientos el día del aniversario del colegio, en el cual, por las noches hacían un gran baile. Nadie sabe que sucesió entre ellas dos. Lo que si se sabe, es que en medio de la pista de baile, comenzó a gotear sangre. Cuando lo notaron muchos se asustaron, y más aún cuando vieron arriba, en la bola de cristal, un cuerpo que colgaba. Era el de la amiga de Micaela, y encerrada en la biblioteca se hallaba Micaela cubierta de sangre y cuchillo en mano. Cuentan que cuando la encontraron, ella dijo que ya era tarde. Obviamente por aquel acto la echaron y después de pasar por muchos colegios más vinó a parar aquí, nadie sabe por qué. Dado su expediente criminal y sus costumbres, lo que recomiendan es no acercarse mucho a ella, ya que seguramente te terminará matando-.
Andrés se soba las manos de la emoción, Karen se tapa la boca y Carlos, satifecho, mira a Karen casi como esperando que ella lo vaya a abrazar. Yo sin embargo continuo mirandola a ella y su plato sin comer y sus ojos ensombrecidos por la soledad. ¿Será que dicen eso a casa lugar que vas y te sigue como las las pulgas siguen a los perros antes de morir?. Después los chicos cambian de tema mientras Micaela (si es que así se llama) se retira sin haber comido nada. Nunca más volvimos a saber de ella. Y a los pocos días de su desaparición dejó de ser noticia y ya no tuvieron de que hablar.
Desde aquel incidente, en el cual Karen se emparejo con Carlos, comencé a sentarme sola donde alguna vez se sentó ella, intentando comprenderla y quedando con las ganas de haberle dirigido la palabra por lo menos una vez y enterarme de primera fuente su tragedía, porque la soledad carcome el alma y los sentimientos si no existe una compañía que la aplaque por un momento. Quién sabe?. Quizas comiencen a hablar que me comencé a sentar sola porque hice algo malo o asesine a mis padres o me volví loca. Pero lo hice de manera que mis compañeros tuviesen algo de que hablar y yo poder entender que se siente mirar un plato y no encontrar nada, nisiquiera hambre, sólo la soledad, que no llena nisiquiera un tripa.
martes, 26 de febrero de 2008
Sin Salida (nisiquiera de emergencia)
Eliza se levantó con la cara de desgano que solía hacerlo a diario. Desde que su madre murió que ella ya no tenía esa fuerza que tenía todas las mañanas (por lo menos en las mañanas). Se levantó, se duchó con agua fría (su madrastra junto con su padre habían prohibido por motivos de ahorro prender el calefont). Entumida salió de la ducha, se vistió con sus andrajosas ropas y fué a la mesa, tomo un el trozo de pan añejo que le correspondía por el día (bases de ahorra de su padre y madrastra), mientras veía a su hermanastro engullirse sin preocuparse una sartén con huevo y pan fresco (las ironías del ahorro). Se dirigió al colegio a pie, y no es que no le dieran dinero para locomoción, pero tenía dos motivos de peso para hacer la caminata: primero, porque ella necesitaba comer y el dinero que gastaba en el bus le serviría para comprarse lo que fuera y poder saciar esa hambre que pan y agua no sacían en la mañana; y lo más importante, era el único momento del día en el que se sentía tranquila, porque felicidad no existia en su vocabulario.
En el colegio, típico que esta el personaje bullying del curso, el cual es víctima de sus compañeros por el simple hecho de existir, en este caso, Eliza era torturada por sus compañeras desde que ella recordaba (o lo que preferia recordar de su vida). Su ropa andrajosa siempre era motivo de burla entre sus compañeras, las cuales no olvidaban nunca reirse de sus prendas remendadas y viejas (que ella misma remendaba cada noche), ni tampoco reirse de su delgadez o de la palidez de su cara, de su soledad, aquí, todo lo que tuviese relación con ella era un chiste. Obviamente al llegar sus compañeras comenzaron a burlarse de ella y eso duró todo el día. No habían adultos responsables que se diesen cuenta de su existencia o dolor, estaban demasiado ocupados en sus vidas, clases y cosas de adultos como para fijarse en el debil llanto de una niña que no compartía con nadie, no había tiempo para eso, los adultos tienen otro ritmo y no pueden perder tiempo en nimidades. Caminó de vuelta a casa y notó que la suela de su zapato que ya estaba bastante gastada tenía un agujero, pero no había tiempo, era tarde y debía cocinar.
Llego algo tarde, por lo que tuvo que hacer la cena rapido, sacó un plato pequeño y se fué a su habitación a remendar su ropa, debía hacerlo antes que llegaran sus "padres" que si la sorprendían despierta, la castigarian. Lamentablemente al día siguiente tenía prueba y debía estudiar, eso condeno su existencia, o lo que quedaba de ella. Su madrastra subió a quejarse que no le había puesto suficiente sal, y al verla levantada la azoto muchas veces hasta aburrirse y gritarle que sin ellos, ella ahora no sería nada. Desesperada y cómo la gota que rebalso el vaso, Eliza decidió acabar con aquello que la condenaba a estar allí. Nada podía ser peor que eso, pensó, y aunque esto vaya a terminar algún día, nada podía ser peor que eso. Tomó una sabana y amparada en un mundo mejor, amarro la cuerda y saltó.
Eliza se levantó con la cara de desgano que solía hacerlo a diario. Se levantó, se duchó con agua fría. Entumida salió de la ducha, se vistió con sus andrajosas ropas y fué a la mesa, tomo un el trozo de pan añejo que le correspondía por el día, mientras veía a su hermanastro engullirse sin preocuparse una sartén con huevo y pan fresco. Se dirigió al colegio a pie. Obviamente al llegar sus compañeras comenzaron a burlarse de ella y eso duró todo el día. Caminó de vuelta a casa y notó que el hoyo de su zapato que ya estaba bastante gastada tenía un le había roto el pié y el calcetín, pero no había tiempo, era tarde y debía cocinar. Llego algo tarde, por lo que tuvo que hacer la cena rapido, sacó un plato pequeño y se fué a su habitación a remendar su ropa, su madre entro a la pieza a quejarse que la comida estaba muy salada y la golpeo hasta cansarse, ella intento colgarse...pero eso no puede hacerse dos veces. El caminar ya no la relajaba, ya que esto...ahora...era para siempre...
En el colegio, típico que esta el personaje bullying del curso, el cual es víctima de sus compañeros por el simple hecho de existir, en este caso, Eliza era torturada por sus compañeras desde que ella recordaba (o lo que preferia recordar de su vida). Su ropa andrajosa siempre era motivo de burla entre sus compañeras, las cuales no olvidaban nunca reirse de sus prendas remendadas y viejas (que ella misma remendaba cada noche), ni tampoco reirse de su delgadez o de la palidez de su cara, de su soledad, aquí, todo lo que tuviese relación con ella era un chiste. Obviamente al llegar sus compañeras comenzaron a burlarse de ella y eso duró todo el día. No habían adultos responsables que se diesen cuenta de su existencia o dolor, estaban demasiado ocupados en sus vidas, clases y cosas de adultos como para fijarse en el debil llanto de una niña que no compartía con nadie, no había tiempo para eso, los adultos tienen otro ritmo y no pueden perder tiempo en nimidades. Caminó de vuelta a casa y notó que la suela de su zapato que ya estaba bastante gastada tenía un agujero, pero no había tiempo, era tarde y debía cocinar.
Llego algo tarde, por lo que tuvo que hacer la cena rapido, sacó un plato pequeño y se fué a su habitación a remendar su ropa, debía hacerlo antes que llegaran sus "padres" que si la sorprendían despierta, la castigarian. Lamentablemente al día siguiente tenía prueba y debía estudiar, eso condeno su existencia, o lo que quedaba de ella. Su madrastra subió a quejarse que no le había puesto suficiente sal, y al verla levantada la azoto muchas veces hasta aburrirse y gritarle que sin ellos, ella ahora no sería nada. Desesperada y cómo la gota que rebalso el vaso, Eliza decidió acabar con aquello que la condenaba a estar allí. Nada podía ser peor que eso, pensó, y aunque esto vaya a terminar algún día, nada podía ser peor que eso. Tomó una sabana y amparada en un mundo mejor, amarro la cuerda y saltó.
Eliza se levantó con la cara de desgano que solía hacerlo a diario. Se levantó, se duchó con agua fría. Entumida salió de la ducha, se vistió con sus andrajosas ropas y fué a la mesa, tomo un el trozo de pan añejo que le correspondía por el día, mientras veía a su hermanastro engullirse sin preocuparse una sartén con huevo y pan fresco. Se dirigió al colegio a pie. Obviamente al llegar sus compañeras comenzaron a burlarse de ella y eso duró todo el día. Caminó de vuelta a casa y notó que el hoyo de su zapato que ya estaba bastante gastada tenía un le había roto el pié y el calcetín, pero no había tiempo, era tarde y debía cocinar. Llego algo tarde, por lo que tuvo que hacer la cena rapido, sacó un plato pequeño y se fué a su habitación a remendar su ropa, su madre entro a la pieza a quejarse que la comida estaba muy salada y la golpeo hasta cansarse, ella intento colgarse...pero eso no puede hacerse dos veces. El caminar ya no la relajaba, ya que esto...ahora...era para siempre...
viernes, 22 de febrero de 2008
Diferente
Entro Lucy, a quién nunca la habían oido hablar, salir corriendo de su casa llena de dicha, saltando y gritando de felicidad. Corrió hasta la plaza principal donde comenzó agritar a toda voz.
-Soy normal! Soy normal! Por fin soy normal!
Por lo que un hombre de aspecto extranjero se le acerca y le pregunta.
-Y por qué tu dicha del hecho de ser normal que a nadie le causa gracia y donde todos buscan ser diferentes?
A lo que ella contesta.
-Porque he encontrado aquello que me hacía distinta, y ahora tengo eso, eso que tienen todos, hasta los que buscan ser diferentes. Ahora soy normal!
Pero el sigue con duda y le pregunta.
-Entonces que es aquello que encontraste.
Ella lo mira de reojo y con una sonrisa responde.
-Señor, que acaso no entiende, mi padre me ha violado!
El hombre no sabe que contestar, ¿Acaso en ese pueblo el violar es normal?. Lucy nota su desconcierto y amablemente le responde.
-No es el hecho de haber sido violada el que me hace feliz, si no el hecho de que como todos...por fin tengo algo de que salir. En otras palabras señor: Por fin tengo mi propio trauma y ahora debo superarlo.
El hombre la mira un rato hasta que ella se marcha. Él, aún sorprendido se va pensando que que loca estaba aquella niña y que raro era aquel pueblo. Después de un rato, ya lejos de ese lugar se sienta a pensar que cual es su trauma, ya que el también teme llegar a ser distinto.
-Soy normal! Soy normal! Por fin soy normal!
Por lo que un hombre de aspecto extranjero se le acerca y le pregunta.
-Y por qué tu dicha del hecho de ser normal que a nadie le causa gracia y donde todos buscan ser diferentes?
A lo que ella contesta.
-Porque he encontrado aquello que me hacía distinta, y ahora tengo eso, eso que tienen todos, hasta los que buscan ser diferentes. Ahora soy normal!
Pero el sigue con duda y le pregunta.
-Entonces que es aquello que encontraste.
Ella lo mira de reojo y con una sonrisa responde.
-Señor, que acaso no entiende, mi padre me ha violado!
El hombre no sabe que contestar, ¿Acaso en ese pueblo el violar es normal?. Lucy nota su desconcierto y amablemente le responde.
-No es el hecho de haber sido violada el que me hace feliz, si no el hecho de que como todos...por fin tengo algo de que salir. En otras palabras señor: Por fin tengo mi propio trauma y ahora debo superarlo.
El hombre la mira un rato hasta que ella se marcha. Él, aún sorprendido se va pensando que que loca estaba aquella niña y que raro era aquel pueblo. Después de un rato, ya lejos de ese lugar se sienta a pensar que cual es su trauma, ya que el también teme llegar a ser distinto.
Texto Nº0
El escritor contemporaneo (la mayoría, la generalización es mala) es una criatura (o creatura según su origen) que debe ser despreciada (o por lo menos ser ignorada). Un ser que crea mundos de colores y sabores, que se queja, que quiere manipular con sus escritos y dejar una duda, parecer sapiente frente a los demás, para vomitar o defecar. El escritor busca ser Dios (o por lo menos un fabricante de casas) y determinar acciones y no-acciones . Es un estratega que juega a darle el final que (él) prefiere y guía a sus maquetas escritas en un papel. Él dice lo que quiere decir, el habla lo que quiere hablar. Él quema, mata, da vida, renace, casi cómo un empresario dueño de una transnacional, solo que sin tanto recorte de personal (pero tampoco hay sindicatos de personajes/letras, así que mejor por él).
Si él dice "el cielo esta azul", no tengas duda que el cielo será azul, porque además de todo el escritor impone, ya que en su mundo imaginario, donde ÉL es Dios, no puedes dar cabida a que el cielo este nublado, eso sería atentar contra su entidad creadora y un asesinato al cielo mismo, cómo un juguete prefabricado que un iluso arma sin instrucciones, ya deja de tener pies y cabeza, si es que alguna vez los poseyo, quien sabe?
Buscan el mar en vasos de agua y nos maravillan con los azules bordes del vaso a los que llaman playas, así como del amor que jamás han sentido pero dicen que arde mucho (quizas parecido a un carbón de alguno de sus asados bohemios) aunque sólo se aman a si mismos. Llegan a ser nocivos con sus escritos de sueños inconclusos, de pasiones pérdidas o de quejas y quejas por la especie humana tan terrible (a la que ellos pertenecen pos claro).
Además algunos son selectivos en su audiencia y escriben con códigos sus escritos, si bien la literatura es para todos, ellos la hacen para CASI todos, por esto llegan a usar recursos alternativos y modernos, o antiquisimos y clásicos, palabras intrincadas en versos despampanantes y pomposos, o una simpleza escrita cómo un intrincado laberinto. Es así que la dulce campana dorada (con el uso de recursos lingüisticos apropiados) se convierte en la maravillosa y sonora alma de Apolo, encerrada en un amarillezco y brillante empaque lleno de ludicas melodias que alegran mis banales tardes. Muchas palabras para nada. Pero hay otros que destruyen el lenguaje, con tal de simplificar al punto de hacer ilegibles sus textos. Y cómo no notarlo si un "hola, un gusto verlos", se transforma en un "0l4 lOkItOzzzz". Pocas palabras para nada.
Escritores que deben ser vetados, escritores que atentan contra nuestra imaginación. Culpables de hacer nuestros sus sueños, culpables de hacernos anhelar sus anhelos, culpables de hacernos repetir sus palabras. Muerte a los escritores de vanguardia, muerte a los que plantan falsos sueños, muerte a quienes elevan su ego con sus textos, muerte a quenes nos atormentan con su descontento y rabia, olvidemoslos, si, olvidemoslos.
Que vuelvan las realidades ficticias, que vuelvan las fantasias veridicas, que vuelvan los escritores que son de todo menos serios, que nos den cábida a duda, que jueguen a hacernos sentir nuestros propios colores en sus textos.
Reflejen parte de si en sus textos, pero dejenle parte al lector, la carne masticada por alguién más es asquerosa y llena de saliva ajena y bacterias bucales que suelen causar ginjivitis en los peores casos. Compartan sus corazones, más no sus almas. Compartan sus experiencias, más no las imnpongan (cómo mi poco estimado señor Coehlo). No adoctrinen, enseñen. Consigan que los elementos se mezclen con el alma, vida, dicha, vacío, muerte y tristeza en un paquete de bolsillo (o mochila o bolso o bolsa o internes o cualquier cosa en la que se pueda llevar) que cause en el lector las emociones que quieren dejar, mas no el reflejho de sus almas ya gastadas. Antes de que sea tarde, ya que hay muchas cosas que matan al hombre, pero la egolatría, matará la literatura, que finalmente (gracias a varios) ...pasara de moda...
Si él dice "el cielo esta azul", no tengas duda que el cielo será azul, porque además de todo el escritor impone, ya que en su mundo imaginario, donde ÉL es Dios, no puedes dar cabida a que el cielo este nublado, eso sería atentar contra su entidad creadora y un asesinato al cielo mismo, cómo un juguete prefabricado que un iluso arma sin instrucciones, ya deja de tener pies y cabeza, si es que alguna vez los poseyo, quien sabe?
Buscan el mar en vasos de agua y nos maravillan con los azules bordes del vaso a los que llaman playas, así como del amor que jamás han sentido pero dicen que arde mucho (quizas parecido a un carbón de alguno de sus asados bohemios) aunque sólo se aman a si mismos. Llegan a ser nocivos con sus escritos de sueños inconclusos, de pasiones pérdidas o de quejas y quejas por la especie humana tan terrible (a la que ellos pertenecen pos claro).
Además algunos son selectivos en su audiencia y escriben con códigos sus escritos, si bien la literatura es para todos, ellos la hacen para CASI todos, por esto llegan a usar recursos alternativos y modernos, o antiquisimos y clásicos, palabras intrincadas en versos despampanantes y pomposos, o una simpleza escrita cómo un intrincado laberinto. Es así que la dulce campana dorada (con el uso de recursos lingüisticos apropiados) se convierte en la maravillosa y sonora alma de Apolo, encerrada en un amarillezco y brillante empaque lleno de ludicas melodias que alegran mis banales tardes. Muchas palabras para nada. Pero hay otros que destruyen el lenguaje, con tal de simplificar al punto de hacer ilegibles sus textos. Y cómo no notarlo si un "hola, un gusto verlos", se transforma en un "0l4 lOkItOzzzz". Pocas palabras para nada.
Escritores que deben ser vetados, escritores que atentan contra nuestra imaginación. Culpables de hacer nuestros sus sueños, culpables de hacernos anhelar sus anhelos, culpables de hacernos repetir sus palabras. Muerte a los escritores de vanguardia, muerte a los que plantan falsos sueños, muerte a quienes elevan su ego con sus textos, muerte a quenes nos atormentan con su descontento y rabia, olvidemoslos, si, olvidemoslos.
Que vuelvan las realidades ficticias, que vuelvan las fantasias veridicas, que vuelvan los escritores que son de todo menos serios, que nos den cábida a duda, que jueguen a hacernos sentir nuestros propios colores en sus textos.
Reflejen parte de si en sus textos, pero dejenle parte al lector, la carne masticada por alguién más es asquerosa y llena de saliva ajena y bacterias bucales que suelen causar ginjivitis en los peores casos. Compartan sus corazones, más no sus almas. Compartan sus experiencias, más no las imnpongan (cómo mi poco estimado señor Coehlo). No adoctrinen, enseñen. Consigan que los elementos se mezclen con el alma, vida, dicha, vacío, muerte y tristeza en un paquete de bolsillo (o mochila o bolso o bolsa o internes o cualquier cosa en la que se pueda llevar) que cause en el lector las emociones que quieren dejar, mas no el reflejho de sus almas ya gastadas. Antes de que sea tarde, ya que hay muchas cosas que matan al hombre, pero la egolatría, matará la literatura, que finalmente (gracias a varios) ...pasara de moda...
jueves, 14 de febrero de 2008
Chocolate Amargo//Chocolate Dulce (no incluye chocolate real, sólo sucedaneos)
Erase un niño de chocolate
con pies, cabeza y otras partes
era muy feliz y jugaba
y todas las niñas a él lo deseaban
______________________
con pies, cabeza y otras partes
era muy feliz y jugaba
y todas las niñas a él lo deseaban
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Hoy iba a ser mi día perfecto. Nos juntariamos en el parque a las 6 y media aproximadamente, celebrariamos el San Valentín juntos, siempre pasabamos juntos estas fechas especiales, nuestro amor, tan grandioso, tan magnanimo, será perfecto, todo preparado y dispuesto, palabras ensayadas una y mil veces, besos practicados desde hace muchos días, hoy, nuestro día, nuestro corazón, nosotros dos en cada uno.
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Hoy iba a ser un día como cualquier otro, no me sentía con muchos animos, San Valentín y pasarlo sola, era paradojico que hubiese terminado con el Luis la semana pasada, era patético. Yo que siempre me jacté de que con el Luis pasariamos juntos cada San Valentín tomados de la mano. Ahora sé que nada es para siempre, Nada lo es, y nada lo será.
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Mientras el reloj más se acercaba a la hora (y eso que aún faltaban unas cuatro) mi corazón seguía haciendose grande y mi estomago apretandose solamente de la ansiedad, es que jamás espere conocer a alguién como Roberto, era muy bueno y considerado, lo conocí por ser el compañero de carrera de mi mejor amiga y desde hace un año y algo que estabamos juntos. Él se ganó rapidamente a mi familia, ya que era un chico extraordinario, muy estudioso y por sobre todo un caballero. Incluso ya cruza por nuestra mente irnos a vivir juntos a un departamento en el sector centrico de la ciudad. Somos tan felices que nada podría arruinar este momento, felicidad para siempre.
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Mientras estoy en mi trabajo en un ambiente lleno de corazones (es que a mis jefes les encantan estas ridiculas fechas), yo intento replantearme que haré ahora que todo mi plan de vida se ha perdido en el vació y oscuro lugar que llaman realidad. He estado pensando en mudarme del gran departamento en el que vivía con Luis y mudarme a algo más ecónomico, cuando son dos siempre hay más gastos y se necesita más espacio, pero ahora soy sólo yo y mi soledad, y ella no gasta demasiado, lamentablemente tampoco aporta mucho. Y mientras craneaba una idea de que hacer, el rosado corazón pegado en la ventanilla que atiendo me saca del trance,-Estoy aquí, y ya no hay nada más que hacer, demasiado tarde para recuperar recuerdos, sólo me queda esperar-. Recuerdo que hoy salía temprano y eso me calma, decido tomar mis cosas, ya son las 5:30 y el parque no se cruza solo, a veces pienso que que feliz sería la vida sin preocuparse de la realidad, pero ya no tengo ese lujo, lo perdi hace una semana y no volverá.
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Me he cambiado ropa ya cerca de 5 veces y ya estoy atrasada, son las 5:30 y debo correr al parque. Junto a los juegos de los niños me esperará, si bien llegare algo tarde, estoy segura que el me aguardara, él me amá y yo lo amo, eso basta para que el mundo comience a girar nuevamente. Tomo el bus y llego al parque en cuestion,-Seguramente hoy me pedirá que vayamos a vivir juntos-, es lo primero que cruza por mi mente, dígamos que de niña que sueño con encontrar a mi principe azul y ya lo encontré. Porque el es mío y yo de él, nos tenemos sólo el uno al otro y a nadie más, somos almas gemelas nacidas para pertenecernos, ya no necesito a nadie en este mundo con tal de tenerlo a él, soy feliz y él lo será. Llevo 20 minutos de atraso, me acerco, veo allí la banca, ya no falta nada para que seamos felices para siempre...
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Estoy aburrida, cerca del lugar de los juegos infantiles hay una banca a la que llego unos minutos después de salir, el día esta lindo y aunque esté sola vale la pena descansar, me siento e la banca y a los pocos minutos se acerca un joven que se sienta y me pregunta amablemente si molesto, a lo que le respondo que no, me hacía falta compañía. Me dice que se llama Roberto y comienza a hablarme de su novia, una chica llamada Loreto o algo así. Él esta muy enamorado de ella y hoy planea pedirle matrimonio (si, lo que me faltaba, escuchar a un idiota hablar de un romance perfecto). Luego de un rato me pregunta si tengo novio y decido contarle mi historia, con lo que descubro dos cosas, una es que me sigue doliendo la herida que me dejó Luis ya que apenas conté la historia comencé a llorar y la segunda es que él resulta ser un caballero, ya que me presta su hombro y me dice que pronto encontrare a alguién (pobre crédulo, pero en fin) , me reconforta y pregunta si me siento mejor, yo asiento suavemente. Él me dice que debe ir a llamar a Loreto y me da su número de telefono para que lo llame y le pregunte cómo le fué (cómo si me importara, ja) y se despide. Creo que su novia es bastante afortunada.
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Estaba con otra. Su hombro tenía una cara que no era la mía, sus manos abrazaban y acariciaban un cabello que no era mío, sus palabras iban hacía unos oidos que no eran los míos...el día de San Valentín. No puede ser, él no me haría eso. Pero es cierto, estaba con otra en nuestro lugar especial. El frio que conocen cómo soledad comienza a invadirme. Él y yo no podemos estar separados, nuestros corazones, todo, era nuestro mundo, nuestra pequeña unidad...no puede ser, no, no puede, tenemos que estar juntos, TENEMOS que estarlo, veo el chocolate de San Valentín que le llevaba, con mi corazón roto y mis ojos llenos de lágrimas. Es injusto, que le hice para merecer esto, acaso no he sido fiel a quién amo? Mis sentimientos se apoderan de mí y ya es tarde, ya todo esta perdido y tendré que aceptarlo, pero no te preocupes mi amor, proto estaremos juntos, porque ese es y será nuestro déstino...
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Como ya ha pasado un buen rato y el asiento de junto sigue vacío, entiendo que el susodicho Roberto ya no volverá. Decido levantarme y caminar hacía mi casa que no queda muy lejos de allí..."pronto encontrare a alguién mejor"...pensandolo bien, jamás le tuve mucha confianza, por el tiempo que estuvimos juntos jamás supe muchos de sus secretos ni él muchos de los míos. La comunicación no era mucha y creo que seguiamos juntos más por el poder de la costumbre que por el que nos necesitaramos el uno al otro como pareja. Ese Roberto me compuso el día, onda, que saco con sentirme mal este comercial día. Creó que lo llamaré cuando llegue a casa, merezco saber cómo le fué con su novia y el merece que alguién se interese por su historia...
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Cuando sonó mi celular, lo cité a un lugar donde no había gente, un callejon viejo, donde ya no penan ni las almas. Fué fácil y sencillo, estariamos juntos, y yo sabía cómo. Él llegó algo apresurado y yo corrí a besarlo, necesitaba sentir el sabor delicioso de su ser. Cómo siempre, era delicioso, tan delicioso que no dude morderlo y en sacar un cuchillo y cortarlo en varios trozos. Eran dulces cómo el, amargos cómo su traición, ácidos cómo su sudor de hombre, salados cómo mis lagrimas. Hice míos sus pulmones que aspiraban mi aroma, su garganta con la cuál evocaba su amor hacía mi, su estomago que seguramente se apretaba y su corazón, que sólo era mío. Cuando termine sólo vi un flash, alguién alerto de un homicidio gritaron, sólo dispararon, no ves mi amor? El déstino nos quería juntos para siempre, juntos!
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Llamo a Roberto, pero no contesta, quizas este ya en eso que hacen las parejas la noche de San Valentín...en fin...nada es para siempre y cuando algo muere...sólo desaparece...
Siento patrullas en las cercanias, seguro que un loco anda suelto, pero esas cosas no me interesan, dormiré un rato, mi corazón ya necesita descanso...
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Erase una niña que se comió al niño de chocolate
se comió sus pies, cabeza y otras partes
ella ya no quería que lo miraran
ya que era de ella y ya no queria que lo coquetearan
se comió sus pies, cabeza y otras partes
ella ya no quería que lo miraran
ya que era de ella y ya no queria que lo coquetearan
martes, 12 de febrero de 2008
Bianca
Bianca espera sentada en una banca junto al río. Ve cómo los segundos, minutos, horas, días meses, años pasan. Un niño se le acerca y le pide algo violentamente una moneda. Bianca no se inmuta ante su declaración y le pasa un paquete de galletas que guardaba para después en su bolso de mano.
-No tengo monedas, pero esto seguramente te calmara el hambre que se nota en tu cara.
El niño sorprendido, sólo se limitó a tomar el paquete e irse a otra banca, porque los niños de la calle no saben que hacer cuando la violencia resulta en amabilidad. Bianca reflexiona más esta idea y piensa que la mayoría de la gente se comportaría un niño de la calle ante aquella situación.
Bianca la hora, pero el reloj no quiere darle la hora, se resiste a hacerlo, escondiendose tras un rayo de sol pasajero. Bianca se resigna y mira el agua. Su vestido floreado que le llega hasta la rodilla es su favorito, suele usarlo en esos días calurosos pero no tanto. Mientras sus ojos azules se pierden en el agua, su cabello es caprichosamente elevado por el viento, que parece empeñado en tocar sus cabellos y despeinarla, porque el viento a veces es hombre (y a veces mujer). Sus labios sonrien y su respingada nariz se arruga. Siempre esperando, nunca le ha molestado, su piel jovén y tersa la hacen ver cómo una modelo, y si bien ella se considera una persona de atributos de belleza comercial clasificada, no le da mucha importancia. La apariencia física es un juego de estilistas y cosmetologos. Cree más en la belleza interior, es menos predecible y puede interpretarse cómo los versos bien escritos de algún poeta añejo.
Bianca se levanta de la banca. Le cansa el estar sentada tanto tiempo, quiere apoyarse en la baranda para sentir a la juguetona brisa jugar a golpearle la cara con rafagas de viento. Bianca suele citarse con gente aquí a menudo. Ama este lugar, el parque junto al río es bello y apacible, allí conoció a muchas de las personas que hoy la rodean. Bianca sabe jugar a escoger personas y hablarles, ya que ella no le teme a la gente.
-Esos vicios ya se los llevó el río...-Piensa sin quitar la vista de un grupo de aves volando sobre el río y descendiendo para cazar los peces de los que se alimentan.
Bianca conoció allí a Rodrigo. Una tarde, simplemente lo vió y le hablo. Charlaron horas hasta que el sol les puso en claro que ya era hora de irse. Se citaron, cómo era costumbre de Bianca, junto al río en aquella banca junto a la pileta. Pileta que tenía forma de una niña de poco pudor, desnuda y con su rostro sonriente, jugando con unos cisnes. A bianca no le gustaban esos cisnes, los encontraba cínicos allí, jugando con la inocencia de la imaculada niña que sólo pasaba el rato, sin darse cuenta que aquellos cisnes estaban sedientos de pudor y malas intenciones. En ese sentido, Bianca se sentía bien que la niña no sintierra las malas intenciones ni tuviese el pudor de estar desnuda en esa laguna imaginaria. Los cisnes ya no podrían saciar su sed de líbido en ella porque ella carecía de aquel líbido y era cómo un ángel sins erlo, sin ser santa, tal vez sólo santa inocencia.
Bianca espera de pie apoyada en la baranda del río. Observa a una pareja besandose y sonrie, sin malicia, ella sólo ve el amor de ambos, ninguna otra intención es percibida por sus ojos (o no quiere percibir). Ve cómo niños juegan con una pelota. Comienzan a sacarse sus poleras cómo respuesta ante el sudor y el sol del día. Se siente feliz de verlos, sin miedo quitarse la polera, sin ninguna otra intención que capear el calor.
-Será que los adultos sólo hacen cosas con dobles intenciones...? Si fuese así, Rodrigo no llegaría simplemente...
Bianca le dijo a Rodrigo que lo esperaría allí, para hablar y reirse un rato, que fuese similar al día anterior. Rodrigo la miro de pies a cabeza y le dijo que si después podían ir a comer. Bianca le respondió que si iban a comer, ella tendría que irse pronto, ya que su madre la esperaba en casa. Rodrigo no respondió y sólo le dijo que lo esperara en aquel lugar el día siguiente.
El sol comienza a bajar y ya no queda mucha gente jugando, parejas besandose ni nada, sólo Bianca que se sentó nuevamente y vió su reloj. En aquella banca mortal conoció a su padre adoptivo, que jugó a tocar su entrepierna y besarla en el cuerpo, cómo la haría un padre sin intenciones de ser padre, sino de ser...¿hombre? Ella jamás noto la intención de su padrastro, ni menos la malicia de sus palabras acaloradas y llenas de deseo, no quiso jamás entender los juegos que su padre hacía cuando ya nadie quedaba en el parque y no existía el farol que hoy la iluminaba en aquella remembranza. Bianca calló, no por miedo, sino porque jamás pudo comprender el fin de esos juegos, que a ella no le causaban más que dolor. Un día y cansada y aburrida, cómo un acto de quién se revienta una espinilla o se saca una costra ya infectada, empujó a su padrastro al río. Nunca más se supo de él. Un jovén llego luego que su padre cayera y se sentó junto a Bianca, le dijó que no llorara, que había cosas que sólo debían caer, beso su rostro y dijo que ya pasaría, sin ninguna otra intención, sin dar nombre ni futura cita se fué.
Bianca espera sentada en una banca junto al río. Ve cómo los segundos, minutos, horas, días meses, años pasan. Fué plantada, pero está acostumbrada a eso. Se levanta y comienza a caminar hacía su hogar mientras se dice para sus adentros.
-No te preocupes, un día volverá...
-No tengo monedas, pero esto seguramente te calmara el hambre que se nota en tu cara.
El niño sorprendido, sólo se limitó a tomar el paquete e irse a otra banca, porque los niños de la calle no saben que hacer cuando la violencia resulta en amabilidad. Bianca reflexiona más esta idea y piensa que la mayoría de la gente se comportaría un niño de la calle ante aquella situación.
Bianca la hora, pero el reloj no quiere darle la hora, se resiste a hacerlo, escondiendose tras un rayo de sol pasajero. Bianca se resigna y mira el agua. Su vestido floreado que le llega hasta la rodilla es su favorito, suele usarlo en esos días calurosos pero no tanto. Mientras sus ojos azules se pierden en el agua, su cabello es caprichosamente elevado por el viento, que parece empeñado en tocar sus cabellos y despeinarla, porque el viento a veces es hombre (y a veces mujer). Sus labios sonrien y su respingada nariz se arruga. Siempre esperando, nunca le ha molestado, su piel jovén y tersa la hacen ver cómo una modelo, y si bien ella se considera una persona de atributos de belleza comercial clasificada, no le da mucha importancia. La apariencia física es un juego de estilistas y cosmetologos. Cree más en la belleza interior, es menos predecible y puede interpretarse cómo los versos bien escritos de algún poeta añejo.
Bianca se levanta de la banca. Le cansa el estar sentada tanto tiempo, quiere apoyarse en la baranda para sentir a la juguetona brisa jugar a golpearle la cara con rafagas de viento. Bianca suele citarse con gente aquí a menudo. Ama este lugar, el parque junto al río es bello y apacible, allí conoció a muchas de las personas que hoy la rodean. Bianca sabe jugar a escoger personas y hablarles, ya que ella no le teme a la gente.
-Esos vicios ya se los llevó el río...-Piensa sin quitar la vista de un grupo de aves volando sobre el río y descendiendo para cazar los peces de los que se alimentan.
Bianca conoció allí a Rodrigo. Una tarde, simplemente lo vió y le hablo. Charlaron horas hasta que el sol les puso en claro que ya era hora de irse. Se citaron, cómo era costumbre de Bianca, junto al río en aquella banca junto a la pileta. Pileta que tenía forma de una niña de poco pudor, desnuda y con su rostro sonriente, jugando con unos cisnes. A bianca no le gustaban esos cisnes, los encontraba cínicos allí, jugando con la inocencia de la imaculada niña que sólo pasaba el rato, sin darse cuenta que aquellos cisnes estaban sedientos de pudor y malas intenciones. En ese sentido, Bianca se sentía bien que la niña no sintierra las malas intenciones ni tuviese el pudor de estar desnuda en esa laguna imaginaria. Los cisnes ya no podrían saciar su sed de líbido en ella porque ella carecía de aquel líbido y era cómo un ángel sins erlo, sin ser santa, tal vez sólo santa inocencia.
Bianca espera de pie apoyada en la baranda del río. Observa a una pareja besandose y sonrie, sin malicia, ella sólo ve el amor de ambos, ninguna otra intención es percibida por sus ojos (o no quiere percibir). Ve cómo niños juegan con una pelota. Comienzan a sacarse sus poleras cómo respuesta ante el sudor y el sol del día. Se siente feliz de verlos, sin miedo quitarse la polera, sin ninguna otra intención que capear el calor.
-Será que los adultos sólo hacen cosas con dobles intenciones...? Si fuese así, Rodrigo no llegaría simplemente...
Bianca le dijo a Rodrigo que lo esperaría allí, para hablar y reirse un rato, que fuese similar al día anterior. Rodrigo la miro de pies a cabeza y le dijo que si después podían ir a comer. Bianca le respondió que si iban a comer, ella tendría que irse pronto, ya que su madre la esperaba en casa. Rodrigo no respondió y sólo le dijo que lo esperara en aquel lugar el día siguiente.
El sol comienza a bajar y ya no queda mucha gente jugando, parejas besandose ni nada, sólo Bianca que se sentó nuevamente y vió su reloj. En aquella banca mortal conoció a su padre adoptivo, que jugó a tocar su entrepierna y besarla en el cuerpo, cómo la haría un padre sin intenciones de ser padre, sino de ser...¿hombre? Ella jamás noto la intención de su padrastro, ni menos la malicia de sus palabras acaloradas y llenas de deseo, no quiso jamás entender los juegos que su padre hacía cuando ya nadie quedaba en el parque y no existía el farol que hoy la iluminaba en aquella remembranza. Bianca calló, no por miedo, sino porque jamás pudo comprender el fin de esos juegos, que a ella no le causaban más que dolor. Un día y cansada y aburrida, cómo un acto de quién se revienta una espinilla o se saca una costra ya infectada, empujó a su padrastro al río. Nunca más se supo de él. Un jovén llego luego que su padre cayera y se sentó junto a Bianca, le dijó que no llorara, que había cosas que sólo debían caer, beso su rostro y dijo que ya pasaría, sin ninguna otra intención, sin dar nombre ni futura cita se fué.
Bianca espera sentada en una banca junto al río. Ve cómo los segundos, minutos, horas, días meses, años pasan. Fué plantada, pero está acostumbrada a eso. Se levanta y comienza a caminar hacía su hogar mientras se dice para sus adentros.
-No te preocupes, un día volverá...
domingo, 10 de febrero de 2008
Descuidos y Olvidos
Hay cosas que se pierden y luego se encuentran cómo hay cosas que no. Me gustaba el hecho de verte seguido, de leer tus labios y no oirte, de oirte sin ver tus expresiones faciales. Esos días de Abril que se nos hacían eternos, cuando hablabamos y nuestros labios se unían de vez en vez mientras tomabamos algún helado de maquina barato en algún parque. El día que nos conocimos fué cómo esos de teleserie. Yo, la tonta que perdió su cartera en la tienda y tú quién la encontraste. Esa cartera era caprichosa, nos hizo no sólo hablar, si no que tenía plata, quería que nos tomaramos un café. Tú me dijiste tu nombre unas cincuenta veces aquel día, tal vez creías que lo olvidaria tan facilmente cómo olvidé el bolso de mano, pero ese lo olvido cómo quién olvida algo material, para mi los nombres son otra cosa. Un nombre es una llave a otra persona, no debe olvidarse algo de tanta importancia, es cómo salir sin tus documentos, así de importante. Nos seguimos viendo, sólo cómo dos personas que entre amigos, se junta a hablar y reirse, pero entre tanta risa y juego, había un fuego que nos obligaba a permanecer cerca. Un gesto, una mirada, alguna palabra dicha entre tantas, señales que reflejaban el fuego que nos quemaba el alma. Creo que a veces las cosas deben darse, y se dieron. Me dijiste que
me amabas. Yo te dije que correspondía a ese sentimiento, que no estaba segura. Me dijiste que fueramos al cine y así lo hicimos, vimos una película que no era muy popular, necesitabamos ese espacio para ponernos deacuerdo. La pelicula paso a segundo plano, me besaste y yo respondí, cómo firmar una condena que nos ataría, ese beso fué lo que quedó en aquella sala de cine casi vacía. Decidimos de a poco avanzar nuestra relación. Descubriste mis defectos y yo descubrí los tuyos, que no eran tan terribles cómo imáginamos. Tu afición a ver teleseries no era algo de temer, ni tampoco lo era que yo aún tuviese muñecas de mi infancia. Fueron días felices, o por lo menos cercano a aquello, ya no tengo idea. Las cosas bellas siempre están proibidas, por eso esto era nuestro secreto, sólo nuestro, y nadie debía saberlo, nuestra pequeña caja de Pandora, que si se abría acabaría con nuestro mundo perfecto y pintado para nuestros corazones. Y así fué...
Tu sueño era que salieramos a viajar por el mundo, el mío conocer los mares, porque tú estabas en la tierra y yo en el oceano, pero cómo ellos, nos necesitabamos para existir. Tú mi mitad, yo tu mitad, hubiese sido bello...no?
Hay cosas que se pierden y luego se encuentran cómo hay cosas que no ¿Fuiste tú o fuí yo quién te perdió? Tal vez contarlo no fué la mejor opción. El querer formalizarlo no fué lo indicado ¿Será que te abandonaste cuando te abandonaron? ¿Será que te rechazaste cuando te rechazaron? ¿O fuí yo que me sentí abandonada y rechazada cuando te abandonaron y rechazaron?
Colgabas, si, colgabas, solitaria, en esa plaza. una carta que expresaba todo lo que siempre quisiste decir, pero jamás dijiste, los castillos que nunca construiste, los viajes que no harás nunca. Y allí quedé, pero ¿quién perdió a quién?
La respuesta es más que obvia, pero no quiero aceptarla, no quiero aceptar...que fuí olvidada y pérdida cómo una cartera en una tienda...
me amabas. Yo te dije que correspondía a ese sentimiento, que no estaba segura. Me dijiste que fueramos al cine y así lo hicimos, vimos una película que no era muy popular, necesitabamos ese espacio para ponernos deacuerdo. La pelicula paso a segundo plano, me besaste y yo respondí, cómo firmar una condena que nos ataría, ese beso fué lo que quedó en aquella sala de cine casi vacía. Decidimos de a poco avanzar nuestra relación. Descubriste mis defectos y yo descubrí los tuyos, que no eran tan terribles cómo imáginamos. Tu afición a ver teleseries no era algo de temer, ni tampoco lo era que yo aún tuviese muñecas de mi infancia. Fueron días felices, o por lo menos cercano a aquello, ya no tengo idea. Las cosas bellas siempre están proibidas, por eso esto era nuestro secreto, sólo nuestro, y nadie debía saberlo, nuestra pequeña caja de Pandora, que si se abría acabaría con nuestro mundo perfecto y pintado para nuestros corazones. Y así fué...
Tu sueño era que salieramos a viajar por el mundo, el mío conocer los mares, porque tú estabas en la tierra y yo en el oceano, pero cómo ellos, nos necesitabamos para existir. Tú mi mitad, yo tu mitad, hubiese sido bello...no?
Hay cosas que se pierden y luego se encuentran cómo hay cosas que no ¿Fuiste tú o fuí yo quién te perdió? Tal vez contarlo no fué la mejor opción. El querer formalizarlo no fué lo indicado ¿Será que te abandonaste cuando te abandonaron? ¿Será que te rechazaste cuando te rechazaron? ¿O fuí yo que me sentí abandonada y rechazada cuando te abandonaron y rechazaron?
Colgabas, si, colgabas, solitaria, en esa plaza. una carta que expresaba todo lo que siempre quisiste decir, pero jamás dijiste, los castillos que nunca construiste, los viajes que no harás nunca. Y allí quedé, pero ¿quién perdió a quién?
La respuesta es más que obvia, pero no quiero aceptarla, no quiero aceptar...que fuí olvidada y pérdida cómo una cartera en una tienda...
miércoles, 6 de febrero de 2008
De Flautas y Ratones
El flautista comenzo a tocar una melodía que llamo la atención de todos los ratones, que comenzaron a seguir aquella melodía. Y se llevo a los ratones lejos, muy lejos, entonces los guió hacía un turbulento río donde todos murieron ahogados...
Cuando niño siempre me sorprendio esa parte del cuento, era impresionante que tan solo una melodía fuese capaz de guíar a la muerte a miles de pequeños seres que se hacía el festín en Hamelin. Por más que aprendí a tocar la flauta, no atraje más que personas que venian a oirme, pero nunca conseguí que un miserable ratón viniese siquiera a oir mi música. Es ahí cuando un niño suele perder la fé y comienza a creer que eso es una vil mentira para que los pequeños crean en la magía, de ese momento el anteriormente llamado niño comienza a crecer y deja de ceer en las hadas, la magía y las melodías hipnotiza-ratones. pero conmigo no fué así. Crecí maquinandome cómo esa flauta pudo guiar a esas criaturas a su desdichada muerte.
Ahora con 26 años cumplidos, sigo haciendome esa pregunta, entre trabajo (de oficinista, de músico no pude hacer mucho que dígamos), pareja (mi novia me decía que ya lo olvidara, que sólo era un cuento, como auqellos en los que ella llego a creer que podría convertirse en una princesa, pero ya creció) y la vida cómo tal. No es que me sintiese mal con lo que hago, con mi novia o con mi vida, pero la simple pregunta de que cómo llevas a miles de criaturas a la muerte sin que ellas se den cuenta no me dejaba de dar vueltas. Llevaba años intentando tocar aquella melodía pérdida en el tiempo, cuando Hamelin se vió invadida de ratones sin ningún éxito. Busque libros acerca de Hamelin, su gente, sus costumbres, sus construcciones, todo donde pudiese encontrar alguna pista que me llevase a encontrar aquella bella música, pero tampoco dió frutos. Tanto era mi afan, que me dejaron de importar mi trabajo (lo seguía haciendo), mi novia (aún la veía) y mi vida (igual la hacía), pero ya eran partes de una rutina de no acabar, mi pregunta no, ella seguía ahí, esperando ser contestada, buscando quién la descifrara, yo sería quién descubriria sus misterios, así, lograría lo que nadie pudo, crecer sin perder eso con lo que nacemos, la creencia en todo aquello mágico y misterioso.
Mientras los habitantes del pueblo estaban en la iglesia, el hombre volvió tocar con la flauta su extraña música. Esta vez fueron los niños, ciento treinta niños y niñas, los que le siguieron al compás de la música, y abandonando el pueblo los llevó hasta una cueva. Nunca más se les volvió a ver...
Decidí viajar a Hamelin (gasté mis ahorros, prestamos y utilidades para poder ir las 2 semanas que me correspondían de vacaciones), sólo así podría entender aquella melodía, que sucedió y todo lo que mi corazón ansiaba saber. Llegué temprano, no había mucha gente en las calles aquel neblinoso Jueves. Por decisión de mi mismo, partiria recorriendo la ciudad, me lleve la impresión de que era algo fría y sin mucha alegría por las calles, cerrada, en fin, una ciudad muerta en vida (cómo varias ciudades del mundo). No le vi nada de especial a la ciudad, entoncs partí a la biblioteca a buscar información sobre aquella ciudad en el periodo cercano a la historia. Era una ciudad con muros y mercaderes, fría y llena de comerciantes. Al descubrir esto, fuí a los alrededores de Hamelin, a buscar el río del que hablaba la historia. Resulto que a cerca de una hora y media a pie, se hallaba un torrentoso río, del que se supone, se inspiraron en la historia. Camine más de dos horas (parece que el sentido del tiempo de los pueblerinos era distinto al mío), pero logre divisar un maravilloso río, rodeado de naturaleza que poco notaba profanaci´n alguna. Me acerque e intente reflejarme en el agua, cuando vi mi rostro, la alegría se apodró de mí, fue tanta que comencé a saltar, pero pronto el sabor amargo comenzó a aparecer en mis labios, y es que si bien halle la respuesta al maravilloso enigma que desde niño me tuvo pensando, la respuesta no era la magía que yo esperaba.
Hamelin, un pueblo hostil lleno de mercaderes, al que un día llegaron ratas, que comenzaron a devorar las cosechas y riquezas de los ricos de hamelin, que otro déstino tenían las ratas que sólo comer y destruir?, ya que allí, nada más había, sólo la fría soledad que se intenta satisfacer mediante el estomago, pero nunca se satisface, por es se sigue comiendo hasta alcanzar el extasis deseado que nunca llegará. Entonces un día llego un flautista que les ofrecio una melodía, que por fin las alejaría de esa soledad, y que por ello, fueron capaces de seguirla hasta la muerte, era mejor a ser un muerto en vida. Eso les basto a todas las ratas para tomar la drástica desición de saltar, de perderse. Volver a Hamelin no les serviría de nada, ya que sólo satisfacía sus estomagos mas no su alma. Así fué fácil para el flautista (y las ratas), uno sólo les dió lo que querían para librar a la aldea de ellas, las otras, saltaron al no tener nada más que hacer.
Cuando lo comprendí, mis ojos se llenaron de lágrimas. Entendí a las ratas y entendí que aquella magía en la que tantos años creí era lo que alimentaba mi alama, mas con esto, ahora sólo podría alimentar mi estomago, mi alma prdió su alimento vital, yo era una rata, pasando por este mundo lleno de adultos, frío y oscuro, lleno de adultos que no se dedican más que a llenarse y a buscar placeres mundanos, yo no era uno de ellos, yo era la vil rata sin nada más que una pregunta que ya fué respondida...¿qué qué hice?...lo que hicieron las ratas, apenas volví a mi hogar, sin despedirme de nadie, comence a tocar la flauta y comence a caminar, busque el río más tormentoso en los alrededores de mi ciudad, y todavía tocando la flauta me lancé a sus aguas...cómo una rata...sonriendo...porque ya era libre de nuevo.
Cuando niño siempre me sorprendio esa parte del cuento, era impresionante que tan solo una melodía fuese capaz de guíar a la muerte a miles de pequeños seres que se hacía el festín en Hamelin. Por más que aprendí a tocar la flauta, no atraje más que personas que venian a oirme, pero nunca conseguí que un miserable ratón viniese siquiera a oir mi música. Es ahí cuando un niño suele perder la fé y comienza a creer que eso es una vil mentira para que los pequeños crean en la magía, de ese momento el anteriormente llamado niño comienza a crecer y deja de ceer en las hadas, la magía y las melodías hipnotiza-ratones. pero conmigo no fué así. Crecí maquinandome cómo esa flauta pudo guiar a esas criaturas a su desdichada muerte.
Ahora con 26 años cumplidos, sigo haciendome esa pregunta, entre trabajo (de oficinista, de músico no pude hacer mucho que dígamos), pareja (mi novia me decía que ya lo olvidara, que sólo era un cuento, como auqellos en los que ella llego a creer que podría convertirse en una princesa, pero ya creció) y la vida cómo tal. No es que me sintiese mal con lo que hago, con mi novia o con mi vida, pero la simple pregunta de que cómo llevas a miles de criaturas a la muerte sin que ellas se den cuenta no me dejaba de dar vueltas. Llevaba años intentando tocar aquella melodía pérdida en el tiempo, cuando Hamelin se vió invadida de ratones sin ningún éxito. Busque libros acerca de Hamelin, su gente, sus costumbres, sus construcciones, todo donde pudiese encontrar alguna pista que me llevase a encontrar aquella bella música, pero tampoco dió frutos. Tanto era mi afan, que me dejaron de importar mi trabajo (lo seguía haciendo), mi novia (aún la veía) y mi vida (igual la hacía), pero ya eran partes de una rutina de no acabar, mi pregunta no, ella seguía ahí, esperando ser contestada, buscando quién la descifrara, yo sería quién descubriria sus misterios, así, lograría lo que nadie pudo, crecer sin perder eso con lo que nacemos, la creencia en todo aquello mágico y misterioso.
Mientras los habitantes del pueblo estaban en la iglesia, el hombre volvió tocar con la flauta su extraña música. Esta vez fueron los niños, ciento treinta niños y niñas, los que le siguieron al compás de la música, y abandonando el pueblo los llevó hasta una cueva. Nunca más se les volvió a ver...
Decidí viajar a Hamelin (gasté mis ahorros, prestamos y utilidades para poder ir las 2 semanas que me correspondían de vacaciones), sólo así podría entender aquella melodía, que sucedió y todo lo que mi corazón ansiaba saber. Llegué temprano, no había mucha gente en las calles aquel neblinoso Jueves. Por decisión de mi mismo, partiria recorriendo la ciudad, me lleve la impresión de que era algo fría y sin mucha alegría por las calles, cerrada, en fin, una ciudad muerta en vida (cómo varias ciudades del mundo). No le vi nada de especial a la ciudad, entoncs partí a la biblioteca a buscar información sobre aquella ciudad en el periodo cercano a la historia. Era una ciudad con muros y mercaderes, fría y llena de comerciantes. Al descubrir esto, fuí a los alrededores de Hamelin, a buscar el río del que hablaba la historia. Resulto que a cerca de una hora y media a pie, se hallaba un torrentoso río, del que se supone, se inspiraron en la historia. Camine más de dos horas (parece que el sentido del tiempo de los pueblerinos era distinto al mío), pero logre divisar un maravilloso río, rodeado de naturaleza que poco notaba profanaci´n alguna. Me acerque e intente reflejarme en el agua, cuando vi mi rostro, la alegría se apodró de mí, fue tanta que comencé a saltar, pero pronto el sabor amargo comenzó a aparecer en mis labios, y es que si bien halle la respuesta al maravilloso enigma que desde niño me tuvo pensando, la respuesta no era la magía que yo esperaba.
Hamelin, un pueblo hostil lleno de mercaderes, al que un día llegaron ratas, que comenzaron a devorar las cosechas y riquezas de los ricos de hamelin, que otro déstino tenían las ratas que sólo comer y destruir?, ya que allí, nada más había, sólo la fría soledad que se intenta satisfacer mediante el estomago, pero nunca se satisface, por es se sigue comiendo hasta alcanzar el extasis deseado que nunca llegará. Entonces un día llego un flautista que les ofrecio una melodía, que por fin las alejaría de esa soledad, y que por ello, fueron capaces de seguirla hasta la muerte, era mejor a ser un muerto en vida. Eso les basto a todas las ratas para tomar la drástica desición de saltar, de perderse. Volver a Hamelin no les serviría de nada, ya que sólo satisfacía sus estomagos mas no su alma. Así fué fácil para el flautista (y las ratas), uno sólo les dió lo que querían para librar a la aldea de ellas, las otras, saltaron al no tener nada más que hacer.
Cuando lo comprendí, mis ojos se llenaron de lágrimas. Entendí a las ratas y entendí que aquella magía en la que tantos años creí era lo que alimentaba mi alama, mas con esto, ahora sólo podría alimentar mi estomago, mi alma prdió su alimento vital, yo era una rata, pasando por este mundo lleno de adultos, frío y oscuro, lleno de adultos que no se dedican más que a llenarse y a buscar placeres mundanos, yo no era uno de ellos, yo era la vil rata sin nada más que una pregunta que ya fué respondida...¿qué qué hice?...lo que hicieron las ratas, apenas volví a mi hogar, sin despedirme de nadie, comence a tocar la flauta y comence a caminar, busque el río más tormentoso en los alrededores de mi ciudad, y todavía tocando la flauta me lancé a sus aguas...cómo una rata...sonriendo...porque ya era libre de nuevo.
lunes, 4 de febrero de 2008
Preterito Imperfecto~ Presente~ Futuro Condicionado
Él la amaba. La forma de su cuerpo lo deslumbro desde la primera vez que la vió paseando en la plaza a la que daba su departamento, cómo la ninfa pérdida de sus sueños. En ese instante él estuvoseguro que había encontrado eso que la vida cotidiana, los estudios y el trabajo no habían podido darle. Casi cómo si fuera un ritual salía a verla al balcón trotando, con sus amigas, sacando a su perro, o en cualquier cosa que ella hiciera, ya que siempre iba a la plaza a la misma hora. Sentía que el nerviosismo le recorría desde la cabeza a la punta de los pies, le temblaban las manos con sólo saber que la hora de verla se acercaba. Así cómo el perro mueve la cola y comienza a agitarse cuando la hora de que llegue su amo se acerca, él sentía contracciones en todo lo que podía llamar cuerpo. A medida que pasaban los días, evolucionaba su acercamiento hacía ella, ya no era el balcón, después de unos días comenzó a bajar las escaleras mientras su corazón se agitaba cada metro que se sentía más cerca de ella, su aroma, su ser, su alma infinita cómo su belleza pronto estarian al alcance de sus ojos. Cuando por fín pudo estar sentado en una banca a la hora soñada, aparecio, con unos pantalones de buzo y una polera sport trotando, ella al verlo sonrio y el le devolvio una sonrisa un tanto terrorifica (cómo suele hacer alguién que no sabe que hacer). Este juego se repitio por unos días hasta que ella le dirigió la palabra, habrán charlado un par de minutos, unas horas, unos días, meses, años, la mismisima eternidad. La conexión fué inmediata. Él sintió que por fín había encontrado a quién por semanas lo tuvo en un estado de delirio continuo. Después de un par de charlas, un par de salidas, un par de helados y chatarra, ella acepto ser su novia.
Él la ama. Cuando dijo que si, el mundo se volvió rosa. Ya el trabajo no era el de antes, siempre existía la posibilidad que ella lo llamara para que se juntaran a charlar, a comer alguna chucheria. Quién dijo que los sueños no se hacían realidad era un pobre y vil frustrado que jamás había encontrado el amor de alguién que no fuese su madre. Así, vivió muchas semanas su relación con la que llamaban "Angelica", supo que tenía 22 años, estudiaba Artes en una universidad de la ciudad, que sus amigos y amigas la llamaban "La Pinturita" y así un montón de datos que estaria de más dar. Ellos solían pasar horas juntos, aunque él tenía la mania de mirarla fijamente en todo su cuerpo unos 15 minutos diario, siin dirigirle más que la vista a cada centimetro de piel cubierto por la ropa que variaba según la ocasión, de formal a ligera. Ella lo dejaba, le decía que eran sus manías. Para él, era una forma de poder grabar en su memoria, todas aquellas partes de lo que él adoraba de ella, sus muslos, sus brazos, sus pechos, en fin, todo el conjunto de piezas que la armaban, ella era su ninfa, él su devoto amante, ellos se encontraron, ya no podía ser mayor la dicha. Así continuaron. Un Martes (continuación del fin y nuevo comienzo de la semana), él le pregunto en una típica conversación de esas tantas que tenían, si ella se quedaría con él para siempre. Ella sonrio cómo siempre lo hacía, y le respondió que "si Dios quería, ella siempre estaria con él". La tranquilidad de su rostro desaparecio para ser reemplazada por una de rabia, ¿Cómo ella dejaba en manos de externos el futuro de su union? ¿Acaso no era ella la que quería estar con él y no un simple Dios que no sirve más que para orarle en misa?. Sus ojos se desorbitaron y ella asustada le dijo que se alejara, esto hirió más su alma, ella no pertenecía a Dios, ella no lo amaba, le gritó traidora y se fué, un corazón roto duele, más cuando es puro.
Él la amara por siempre, por eso volvió a sentarse en el balcón. El amara su cuerpo, por eso cuando ella golpeó la puerta con lagrimas en sus ojos la invito a pasar. El amara su sonrisa por siempre, por eso le dió un sedante y la hizó reir antes de que cayera bajo el somnifero. El amara por siempre, por eso la corto en pedazos, beso cada parte que cortó, las pusó en varios frascos y los metió en el congelador. El amara su ser por siempre, por eso no limpió la sangre, y cuando la policia entro y lo encontro lleno de sangre el no reaccionó. Y cuando el policia llamó y dijo que tenían al psicopata, él le grito casi ofendido y con lágrimas en los ojos "Yo no soy un psicopata, soy un poeta y amante cómo ya no quedan, de esos que pueden amar...para siempre..."
Él la ama. Cuando dijo que si, el mundo se volvió rosa. Ya el trabajo no era el de antes, siempre existía la posibilidad que ella lo llamara para que se juntaran a charlar, a comer alguna chucheria. Quién dijo que los sueños no se hacían realidad era un pobre y vil frustrado que jamás había encontrado el amor de alguién que no fuese su madre. Así, vivió muchas semanas su relación con la que llamaban "Angelica", supo que tenía 22 años, estudiaba Artes en una universidad de la ciudad, que sus amigos y amigas la llamaban "La Pinturita" y así un montón de datos que estaria de más dar. Ellos solían pasar horas juntos, aunque él tenía la mania de mirarla fijamente en todo su cuerpo unos 15 minutos diario, siin dirigirle más que la vista a cada centimetro de piel cubierto por la ropa que variaba según la ocasión, de formal a ligera. Ella lo dejaba, le decía que eran sus manías. Para él, era una forma de poder grabar en su memoria, todas aquellas partes de lo que él adoraba de ella, sus muslos, sus brazos, sus pechos, en fin, todo el conjunto de piezas que la armaban, ella era su ninfa, él su devoto amante, ellos se encontraron, ya no podía ser mayor la dicha. Así continuaron. Un Martes (continuación del fin y nuevo comienzo de la semana), él le pregunto en una típica conversación de esas tantas que tenían, si ella se quedaría con él para siempre. Ella sonrio cómo siempre lo hacía, y le respondió que "si Dios quería, ella siempre estaria con él". La tranquilidad de su rostro desaparecio para ser reemplazada por una de rabia, ¿Cómo ella dejaba en manos de externos el futuro de su union? ¿Acaso no era ella la que quería estar con él y no un simple Dios que no sirve más que para orarle en misa?. Sus ojos se desorbitaron y ella asustada le dijo que se alejara, esto hirió más su alma, ella no pertenecía a Dios, ella no lo amaba, le gritó traidora y se fué, un corazón roto duele, más cuando es puro.
Él la amara por siempre, por eso volvió a sentarse en el balcón. El amara su cuerpo, por eso cuando ella golpeó la puerta con lagrimas en sus ojos la invito a pasar. El amara su sonrisa por siempre, por eso le dió un sedante y la hizó reir antes de que cayera bajo el somnifero. El amara por siempre, por eso la corto en pedazos, beso cada parte que cortó, las pusó en varios frascos y los metió en el congelador. El amara su ser por siempre, por eso no limpió la sangre, y cuando la policia entro y lo encontro lleno de sangre el no reaccionó. Y cuando el policia llamó y dijo que tenían al psicopata, él le grito casi ofendido y con lágrimas en los ojos "Yo no soy un psicopata, soy un poeta y amante cómo ya no quedan, de esos que pueden amar...para siempre..."
domingo, 3 de febrero de 2008
Almibar
En la tercera casa de la calle vivía Esperanza. Los que viven y vivieron en esa calle siempre la vieron allí, sola. Dicen que el tiempo se detuvo para ella. Dicen que fué reemplazada por su hija que era identica a ella de alguna aventura amorosa pasada. Otros contaban que en realidad era un hada que aburrida de su trabajo, decidió vivir allí y otros simplemente decían que era una bruja que echaba maldiciones a todos. Fuere cual fuere la verdad, ella vivía en la tercera casa de la calle.
Su casa era grande y vieja, pero cuidada de una manera que se conservó durante las decadas y decadas que se le ve allí. Era blanca de techo azul, con dos pisos y un balcón, un jardin decorado con las más maravillosas flores, que todas las estaciones cambiaban sus colores y formas, dandole tonalidades rosaceas en primavera, rojas y naranjas en verano, doradas y amarillas en otoño y blancas en invierno. El portal de su casa era maravillosamente bello, cerrando entre rejas la entrada y un muro con rejas que se unía a este decía que el lugar era privado.
Todas las tardes se veia a la mujer salir a regar sus plantas, en las mañanas compraba y por las noches sus luces no quedaban prendidas hasta muy tarde. Lo más extraño de esta mujer, era que se levantaba con el alba a sentarse en su jardín a mirar el amanecer, pero al momento del atardecer ella estaba ausente y pérdida, ya no estaba en su jardin, ya no regaba, ella desaparecía antes que el sol muriera. Los vecinos sabían que no era un vampiro, ni dudaban de su naturaleza antropomorficamente normal (humana, brujil o hadezca), ni sospechaban nada de su nextraño ritual. Suponian que en su antigua casa, ella no tenía la posibilidad de ver salir el sol, pero si de verlo morir. Tal vez eso la apenaba muy en el fondo de su ser, por eso nisiquiera lo comentaban con ella...y siendo honestos, aparte de sus compras...ella no hablaba mucho con quienes la rodeaban, una sonrisa era su mayor respuesta y pues claro, cuando llegaba algún vecino nuevo ella recitaba, casi de memoria, lo que alguna vez dijo a todos ellos la primera vez que la vieron -"Mi nombre es Esperanza, disfrute de su estancia en el barrio"-, y luego una sonrisa que era un preludio de una relación silenciosa hasta el fin de sus días en la calle. Los niños solían decir que ella olía a almibar, pero los padres se disculpaban cuando un niño lo decía en voz alta, pero ella sólo sonreia y seguía su camino a su casa, que en verdad, si olía a almibar, sería acaso la dulzura de aquella mujer infinita que daba dulces a los niños con una sonrisa sin esperar más que el "gracias" de ellos.
Y así fué por años, hasta que un día sucedio...quizas fué porque ella no salió a ver el amanecer, o porque un extraño vestido de negro entró a su casa con un maletín. Tal vez fué cuando la puerta de la casa quedo entreabierta cuando el hombre no salió, o el niño que vió de espaldas a la abuela y cómo nadie nunca hizo la toco. Pero en lo que todos concuerdan es que al hacerlo, ella comenzo a convertirse en polvo blanco mientras la casa perdía su color y juventud, volviendose vieja y roñosa, los jardines se deshacían hasta el punto de ser sólo maleza, o el portal se oxidaba y derrumbaba frente a sus ojos. Cuando entraron a la vieja casa, notaron que dentro de todos los muebles corroidos, había un viejo ajedrez, el cual marcaba el jaque mate de las piezas blancas, un rastro de polvo blanco, unos antiguos libros de fotos y frutas en almibar. El polvo en el que se convirtió era azúcar. Pero ellos supusieron que la soledad la mató...aunque aún hay dudas de eso...
Ella se convirtio en una mujer pérdida en rumores y recuerdos inexistentes, ya que ella quizas no era real, y vivió en la memoria colectiva, quizas fué sólo una historia contada para asustar niños, ¿quién sabe?. Lo que si se sabe es que la casa se derrumbo, ahora es un grandioso centro comercial, donde el olor a almibar es cosa del pasado, ahora huele a fritura y ropa nueva.
Su casa era grande y vieja, pero cuidada de una manera que se conservó durante las decadas y decadas que se le ve allí. Era blanca de techo azul, con dos pisos y un balcón, un jardin decorado con las más maravillosas flores, que todas las estaciones cambiaban sus colores y formas, dandole tonalidades rosaceas en primavera, rojas y naranjas en verano, doradas y amarillas en otoño y blancas en invierno. El portal de su casa era maravillosamente bello, cerrando entre rejas la entrada y un muro con rejas que se unía a este decía que el lugar era privado.
Todas las tardes se veia a la mujer salir a regar sus plantas, en las mañanas compraba y por las noches sus luces no quedaban prendidas hasta muy tarde. Lo más extraño de esta mujer, era que se levantaba con el alba a sentarse en su jardín a mirar el amanecer, pero al momento del atardecer ella estaba ausente y pérdida, ya no estaba en su jardin, ya no regaba, ella desaparecía antes que el sol muriera. Los vecinos sabían que no era un vampiro, ni dudaban de su naturaleza antropomorficamente normal (humana, brujil o hadezca), ni sospechaban nada de su nextraño ritual. Suponian que en su antigua casa, ella no tenía la posibilidad de ver salir el sol, pero si de verlo morir. Tal vez eso la apenaba muy en el fondo de su ser, por eso nisiquiera lo comentaban con ella...y siendo honestos, aparte de sus compras...ella no hablaba mucho con quienes la rodeaban, una sonrisa era su mayor respuesta y pues claro, cuando llegaba algún vecino nuevo ella recitaba, casi de memoria, lo que alguna vez dijo a todos ellos la primera vez que la vieron -"Mi nombre es Esperanza, disfrute de su estancia en el barrio"-, y luego una sonrisa que era un preludio de una relación silenciosa hasta el fin de sus días en la calle. Los niños solían decir que ella olía a almibar, pero los padres se disculpaban cuando un niño lo decía en voz alta, pero ella sólo sonreia y seguía su camino a su casa, que en verdad, si olía a almibar, sería acaso la dulzura de aquella mujer infinita que daba dulces a los niños con una sonrisa sin esperar más que el "gracias" de ellos.
Y así fué por años, hasta que un día sucedio...quizas fué porque ella no salió a ver el amanecer, o porque un extraño vestido de negro entró a su casa con un maletín. Tal vez fué cuando la puerta de la casa quedo entreabierta cuando el hombre no salió, o el niño que vió de espaldas a la abuela y cómo nadie nunca hizo la toco. Pero en lo que todos concuerdan es que al hacerlo, ella comenzo a convertirse en polvo blanco mientras la casa perdía su color y juventud, volviendose vieja y roñosa, los jardines se deshacían hasta el punto de ser sólo maleza, o el portal se oxidaba y derrumbaba frente a sus ojos. Cuando entraron a la vieja casa, notaron que dentro de todos los muebles corroidos, había un viejo ajedrez, el cual marcaba el jaque mate de las piezas blancas, un rastro de polvo blanco, unos antiguos libros de fotos y frutas en almibar. El polvo en el que se convirtió era azúcar. Pero ellos supusieron que la soledad la mató...aunque aún hay dudas de eso...
Ella se convirtio en una mujer pérdida en rumores y recuerdos inexistentes, ya que ella quizas no era real, y vivió en la memoria colectiva, quizas fué sólo una historia contada para asustar niños, ¿quién sabe?. Lo que si se sabe es que la casa se derrumbo, ahora es un grandioso centro comercial, donde el olor a almibar es cosa del pasado, ahora huele a fritura y ropa nueva.
sábado, 2 de febrero de 2008
El fin (¿o final?) último
Se levanto cómo cada mañana, despertó a su esposa e hijos cómo todos los días, se ducho, vistió y desayunó, subió a sus hijos al auto, despidio a su mujer, encendió el auto, condujo hasta el colegio de los niños, los dejó y despidió, fué a su trabajo, revisó papeles, cuentas y demases, trabajó en la computadora, bebió unos cafés y salió a almorzar.
Fué a sentarse a una plaza cómo lo hacía a diario a comer el mismo almuerzo que compraba en la tienda de enfrente. Hacía 9 años que el trabajo no lo dejaba tener largas pláticas con su esposa e hijos, pero él tenía las cosas claras: su esposa la engañaba con el mejor amigo de ella los lunes, miercoles y jueves y con su mejor amiga los martes, viernes y sabado; su hija estaba poco a poco integrandose más a esa moda adolescente, lo que implicaba que seguramente a sus 15 años ya estaría teniendo relaciones sexuales, Dios quiera que con protección; su hijo era abusado por sus compañeros, ya 3 veces lo había visto bastante moreteado en aquel mes, pero seguramente él no deseaba comunicarselos, eso ni el dinero que desaparecia a diario de su cajón.
Todo eso lo sabía, pero también que todo lo que él hacía era por su bien, una buena casa, dos autos, internet y televisión por cable, computadores, radios, televisores, la ropa de moda, música, peliculas, programas, un buen colegio particular para los niños, la nana, la pedicura, centros de belleza, lociones, cremas y una gama de cosas que él no había podido tener que ellos podían disfrutar, gracias a que él trabajaba hasta tarde de Lunes a Sabado y dormía los domingos.
Después de meditar mucho, llego a la conclusión, cómo cada día, que el era el mejor padre y esposo del mundo.
Fué a sentarse a una plaza cómo lo hacía a diario a comer el mismo almuerzo que compraba en la tienda de enfrente. Hacía 9 años que el trabajo no lo dejaba tener largas pláticas con su esposa e hijos, pero él tenía las cosas claras: su esposa la engañaba con el mejor amigo de ella los lunes, miercoles y jueves y con su mejor amiga los martes, viernes y sabado; su hija estaba poco a poco integrandose más a esa moda adolescente, lo que implicaba que seguramente a sus 15 años ya estaría teniendo relaciones sexuales, Dios quiera que con protección; su hijo era abusado por sus compañeros, ya 3 veces lo había visto bastante moreteado en aquel mes, pero seguramente él no deseaba comunicarselos, eso ni el dinero que desaparecia a diario de su cajón.
Todo eso lo sabía, pero también que todo lo que él hacía era por su bien, una buena casa, dos autos, internet y televisión por cable, computadores, radios, televisores, la ropa de moda, música, peliculas, programas, un buen colegio particular para los niños, la nana, la pedicura, centros de belleza, lociones, cremas y una gama de cosas que él no había podido tener que ellos podían disfrutar, gracias a que él trabajaba hasta tarde de Lunes a Sabado y dormía los domingos.
Después de meditar mucho, llego a la conclusión, cómo cada día, que el era el mejor padre y esposo del mundo.
jueves, 31 de enero de 2008
Abandonada ~Carta Dirigida a Nadie en Especial~
Estimado/a Anónimo/a Lector/a:
Junto con agradecerte el leer esta carta, que seguramente detras de algún sofá, bajo el mueble del televisor, junto a un monton de papeles añejos, en la basura o donde sea, te agradezco el simple hecho de leerme.
Fuí alguna vez una mujer respetada, que vivía una vida tranquila...quizas nunca llegué a ser mujer, yo me recuerdo cómo una jovén, pero han pasado tantos años desde aquella vez en que yo paseaba cómo una joven en de pelo largo y moreno, que pocas luces me quedan de esos días...aunque quizas eso también sea mentira...
Creo que podría empezar mencionando lo que fué mi infancia. Recuerdo a mi padre, un hombre severo, pero con un corazón muy paternal, mi madre una mujer sometida a un hombre que no la amaba más que por sus hijos, un hermano que admiraba a su padre, un interesado de primera...yo...la hija mayor que debía ser varón. Muchos años sufrí la negación de mi propio padre por ese hecho, no podía salir de mi hogar a casa de mis amigas, sólo podía verlas en la escuela, cuando nacio mi hermano, mi libertad llego a medias, mi padre jamás me perdonaría el haberlo decepcionado apenas nacida. Comencé a crecer, bajo el yugo de la indiferencia y de un favoritismo extremo hacía mi hermano. Cuando compraban, siempre traian algo para él, un helado, una gaseosa, caramelos o una moneda para que gastase en lo que quisiera. Mi madre solía consolarme en silencio, sin poder hacerlo, sus palabras la mayoría de las veces eran cómo-ya pasara, algún día te podrás ir de aquí y podrás ser feliz-. Pero para mí, esos días eran eternos, atrapada cómo una pobre y triste hija no deseada. Jamás odie a mi padre, pero si odiaba a mi madre y sus palabras vacías y repetitivas. Y esa fué mi infancia, sin muñecas, sin magía, sólo el desprecio de los míos.
Creo que es momento de contarte mi adolescencia, aunque el dolor de los recuerdos ya se va a mi cabeza. Cuando cumplí los 14 años mis pechos comenzaron a crecer cómo es normal en las niñas, pero mi padre se enfurecio al ver mis protuberancias, y en ese momento mi padre me golpeo, si antes le daba vergüenza, ahora le daba mucha más. Fué en ese momento que decidí partir, las palabras de mi madre ya no servían ni cómo lástima, la indiferencia de mi hermano me daba asco, y la acción de mi padre terminó de marcarme, era la vergüenza, y cómo tal, debía irme de esa casa. Y fue así cómo sali al gran y frío mundo, a las horas de caminar, ya agotada, me encontre con un mundo que no era el que mostraban los libros. Gris y vacío, no existián esos amigos que aparecen de cualquier lugar a brindarte apoyo y enseñarte a vivir en la calle. Yo, sóla y abandonada. Recurrí a lo que suelen recurrir las niñas abandonadas, intente buscar trabajo en vano, nadie quería a una niña que no sabía hacer nada, era demasiado debil para labores pesadas y excusas y más excusas. Entonces tuve que recurrir a lo que recurre una mujer vagabunda, mi madre alguna vez me dijo que era toda una señorita, decidi cuando mis fuerzas no daban más, pararme junto a una vereda, un auto se detuvo...el resto ya es cuento añejo. Hice de eso mi vida hasta que cumplí 19 años, acostarme con hombres asquerosos por su asqueroso dinero. Pude comenzar a mantenerme con aquel dinero, pero había algo en esos hombres que me recordaba a mi padre, eso me hacía sentir asquerosa yo también, me hartaba, no tenía razón el ser bella, yo nnunca viví, era un muerto caminando y no podía morir...ya lo había intentado...
Mis últimos días fueron cuando ya estaba cansada, cuando ya no deseaba estar, quería dejar de ser, y un día, simplemente desaparecí. Encontre esa paz en el ólvido, porque de la puta de la esquina junto al Roble ya nadie debe acordarse seguramente, para mi familia fuí cómo un tumor que extirparon, en fin, ya nadie me debe recordar.
Tal vez pasé muchas veces junto a tu lado, pero tú no me viste, lo más probable era que estabas escuchando música, quizas me fuí sentada junto a tí en una micro, pero tu hiciste la mirada hacía afuera en la ventana, hacía el asiento de adelante o incluso hacía el piso. Pudimos haber compartido el asiento en una plaza, pero seguro que estabas más entretenido en el diario, o las palomas, en la pareja que se besaba más allá. Descubrí que ya no estaba cuando me hice invisible a todo, en parte...tú fuiste cómplice de mi muerte y te lo agradezco con esta carta, tú que fingiste que no existía, tú que me borraste de tu campo visual, tú que decidiste tapar tus ojos antes de verme, muchas gracias por ccontribuir a matarme y liberarme...¿por qué?...¿acaso no te das cuenta?...no hay muerte más rápida que la del ólvido...sólo con el hecho de ignorarte... simplemente...desapareces...y ya...
Sin nada más que agregar
Se despide atenta y agradecidamente:
Mujer Abandonada
Junto con agradecerte el leer esta carta, que seguramente detras de algún sofá, bajo el mueble del televisor, junto a un monton de papeles añejos, en la basura o donde sea, te agradezco el simple hecho de leerme.
Fuí alguna vez una mujer respetada, que vivía una vida tranquila...quizas nunca llegué a ser mujer, yo me recuerdo cómo una jovén, pero han pasado tantos años desde aquella vez en que yo paseaba cómo una joven en de pelo largo y moreno, que pocas luces me quedan de esos días...aunque quizas eso también sea mentira...
Creo que podría empezar mencionando lo que fué mi infancia. Recuerdo a mi padre, un hombre severo, pero con un corazón muy paternal, mi madre una mujer sometida a un hombre que no la amaba más que por sus hijos, un hermano que admiraba a su padre, un interesado de primera...yo...la hija mayor que debía ser varón. Muchos años sufrí la negación de mi propio padre por ese hecho, no podía salir de mi hogar a casa de mis amigas, sólo podía verlas en la escuela, cuando nacio mi hermano, mi libertad llego a medias, mi padre jamás me perdonaría el haberlo decepcionado apenas nacida. Comencé a crecer, bajo el yugo de la indiferencia y de un favoritismo extremo hacía mi hermano. Cuando compraban, siempre traian algo para él, un helado, una gaseosa, caramelos o una moneda para que gastase en lo que quisiera. Mi madre solía consolarme en silencio, sin poder hacerlo, sus palabras la mayoría de las veces eran cómo-ya pasara, algún día te podrás ir de aquí y podrás ser feliz-. Pero para mí, esos días eran eternos, atrapada cómo una pobre y triste hija no deseada. Jamás odie a mi padre, pero si odiaba a mi madre y sus palabras vacías y repetitivas. Y esa fué mi infancia, sin muñecas, sin magía, sólo el desprecio de los míos.
Creo que es momento de contarte mi adolescencia, aunque el dolor de los recuerdos ya se va a mi cabeza. Cuando cumplí los 14 años mis pechos comenzaron a crecer cómo es normal en las niñas, pero mi padre se enfurecio al ver mis protuberancias, y en ese momento mi padre me golpeo, si antes le daba vergüenza, ahora le daba mucha más. Fué en ese momento que decidí partir, las palabras de mi madre ya no servían ni cómo lástima, la indiferencia de mi hermano me daba asco, y la acción de mi padre terminó de marcarme, era la vergüenza, y cómo tal, debía irme de esa casa. Y fue así cómo sali al gran y frío mundo, a las horas de caminar, ya agotada, me encontre con un mundo que no era el que mostraban los libros. Gris y vacío, no existián esos amigos que aparecen de cualquier lugar a brindarte apoyo y enseñarte a vivir en la calle. Yo, sóla y abandonada. Recurrí a lo que suelen recurrir las niñas abandonadas, intente buscar trabajo en vano, nadie quería a una niña que no sabía hacer nada, era demasiado debil para labores pesadas y excusas y más excusas. Entonces tuve que recurrir a lo que recurre una mujer vagabunda, mi madre alguna vez me dijo que era toda una señorita, decidi cuando mis fuerzas no daban más, pararme junto a una vereda, un auto se detuvo...el resto ya es cuento añejo. Hice de eso mi vida hasta que cumplí 19 años, acostarme con hombres asquerosos por su asqueroso dinero. Pude comenzar a mantenerme con aquel dinero, pero había algo en esos hombres que me recordaba a mi padre, eso me hacía sentir asquerosa yo también, me hartaba, no tenía razón el ser bella, yo nnunca viví, era un muerto caminando y no podía morir...ya lo había intentado...
Mis últimos días fueron cuando ya estaba cansada, cuando ya no deseaba estar, quería dejar de ser, y un día, simplemente desaparecí. Encontre esa paz en el ólvido, porque de la puta de la esquina junto al Roble ya nadie debe acordarse seguramente, para mi familia fuí cómo un tumor que extirparon, en fin, ya nadie me debe recordar.
Tal vez pasé muchas veces junto a tu lado, pero tú no me viste, lo más probable era que estabas escuchando música, quizas me fuí sentada junto a tí en una micro, pero tu hiciste la mirada hacía afuera en la ventana, hacía el asiento de adelante o incluso hacía el piso. Pudimos haber compartido el asiento en una plaza, pero seguro que estabas más entretenido en el diario, o las palomas, en la pareja que se besaba más allá. Descubrí que ya no estaba cuando me hice invisible a todo, en parte...tú fuiste cómplice de mi muerte y te lo agradezco con esta carta, tú que fingiste que no existía, tú que me borraste de tu campo visual, tú que decidiste tapar tus ojos antes de verme, muchas gracias por ccontribuir a matarme y liberarme...¿por qué?...¿acaso no te das cuenta?...no hay muerte más rápida que la del ólvido...sólo con el hecho de ignorarte... simplemente...desapareces...y ya...
Sin nada más que agregar
Se despide atenta y agradecidamente:
Mujer Abandonada
miércoles, 30 de enero de 2008
martes, 29 de enero de 2008
Erase una vez...
Erase una vez un hombre que escribía. Erase una vez una vez una masa sin nombre y sin forma. Erase una vez un lápiz, un lápiz que decidio darle forma a esa masa, que decidio darle el original nombre de "mundo". Erase una vez agua, agua que lleno a medias ese "mundo", después de todo, ese mundo necesitaba de esa agua, tenía sed. Erase una vez un mundo con agua y tierra deforme, pero era aburrido, así que le creció pelo, él decidio llamarle plantas al pelo (él se caracterizaba por su originalidad). Erase una vez un verde-azuloso mundo desierto. Erase una vez un trazo y otro que crearon a muchas criaturas que (literalmente) plagaron esa tierra, esas plantas y esas aguas. Erase una vez un mundo con agua, tierra, planta y seres vivientes, era linda, pero era aburrida. Erase una vez un monton de edificios, calles, plazas y construcciones que surgieron del suelo en varios sectores de esa tierra, en islas y en lugares que pudiesen sostenerse. Erase una vez un mundo con tierra, agua, plantas, seres vivientes y ciudades vacías, era más magnanimo que el anterior, pero seguía siendo poco interesante. Erase una vez un hombre. Erase una vez una mujer. Erase una vez muchos hombres y muchas mujeres que poblaron las ciudades. Erase una vez un mundo con tierra, agua, plantas, seres vivientes y ciudades repletas de muchos hombres y mujeres todos iguales que hacían las mismas cosas, comían lo mismo, iban donde mismo y tenían vicios. Erase una vez un hombre en especial. Erase una vez una mujer en especial. Erase una vez un hombre y una mujer especial, que fueron bautizados cómo personajes. Erase una vez un mundo con tierra, agua, plantas, seres vivientes, ciudades repletas de muchos hombres y mujeres y dos personajes, que decidieron recorrer el "mundo" y que conocieron otros personajes, ellos al parecer no eran los únicos. Erase una vez una aventura. Erase una vez un misterio. Erase una vez un drama. Erase una vez una historia que contar. Erase una vez un mundo imaginario, con grandes expansiones de tierra imaginaria, vastos oceanos imaginarios, abundante vegetación imaginaria, maravillosas creaturas imasginarias, imponentes ciudades imaginarias llenas de gente imaginaria y personajes imaginarios que vivían sus vidas imaginarias, había también personajes imaginarios, que sus vidas eran algo que había que contar. Erase una vez un escritor que decidió plasmar sus imaginarias vidas. Erase una vez un artefacto llamado "libro" que encerraba todo el "mundo imaginario" con sus tierras, aguas, plantas, seres vivientes, ciudades, gente y personajes en unas cuantas hojas de papel. Pero erase una vez un ocioso imaginario, que quiso crear un "mundo" distinto a su mundo imaginario, así que tomo unas hojas imaginarias, sacó su lápiz imaginario y comenzar con "Erase una vez una masa sin nombre y sin forma..."
lunes, 28 de enero de 2008
Bailando en Sueños
Ella comenzó a bailar cuando no tenía nada mejor que hacer, cuando sus amigas se habían ido o simplemente cuando encontraba el tiempo para hacerlo. No era su fuerte, pero ella seguía bailando, no sabía porque lo hacía ni mucho menos que ganaría con eso, pero lo siguió haciendo, tanto por la fuerza de la costumbre, cómo esa extraña y misteriosa fuerza que la llevaba a pararse sobre las puntas de sus pies y danzar al momento de prender el viejo tocadiscos de su abuela y poner ese ballet ya añejo y perdido en el tiempo.
Los años pasaron y ella siguió bailando, ella floreció cómo una rosa lo hace, pero religiosamente todos los días buscaba aquella soledad en la que bailar, en la que un público imaginario la miraba emocionado mientras ella giraba y saltaba al son del repetido ballet que practicó durante años. Un paso, un giro, un salto y otro paso, otro giro y otro salto, que se repetían por los años y los años, por los confines del tiempo, en el que ella encontraba a su soledad y a su público de ensueño esperandola a diario.
Dentro de ella ya eran dos, la bailarina y la señorita de sociedad, la adorada por las madres de sus amigos y amigas, la codiciada por hombres y mujeres, excepto una persona, ella misma. Aborrecía su reflejo en el espejo, aborrecía a esa señorita perfecta, ella no era eso, ella era una bailarina, la que sacaba los sentimientos ocultos en los espectadores, la que maravillaba esos ojos curiosos que la iban a ver cada día a su espectaculo.
Es por eso que un día no salió más de su lugar secreto. Sus amigos y amigas al igual que las madres de estos no la vieron más, aquellos que la codiciaban no pudieron deleitarse más viendola pasar por las calles, sus padres ya no la volvieron a ver.
Ella desaparecio, decidio bailar hasta la eternidad y ser quién quería ser, la caprichosa y maravillosa bailarina y así poder soñar, reir, volar, sentir la brisa y los aplausos luego de su espectaculo, y hacer todo lo que siempre quiso hacer, desaparecio del mundo.
Cuando la encontraron, se hallaba flaca y desgastada, con 48 años parecía mucho más anciana de lo que era, danzando sin parar, un paso, un giro, una salto, otro paso otro giro, otro salto, y ella pérdida en su artificial cuento de hadas. Aquel edificio era ahora su castillo, con su público de ensueño, el lugar se llamaba manicomnio, donde van quienes sueñan despiertos, quienes viven en el infinito de sus ataudes, quienes ya no tienen ataduras al mundo terrenal a cambio de la razón, ya que...la felicidad tiene un precio, no...?
Los años pasaron y ella siguió bailando, ella floreció cómo una rosa lo hace, pero religiosamente todos los días buscaba aquella soledad en la que bailar, en la que un público imaginario la miraba emocionado mientras ella giraba y saltaba al son del repetido ballet que practicó durante años. Un paso, un giro, un salto y otro paso, otro giro y otro salto, que se repetían por los años y los años, por los confines del tiempo, en el que ella encontraba a su soledad y a su público de ensueño esperandola a diario.
Dentro de ella ya eran dos, la bailarina y la señorita de sociedad, la adorada por las madres de sus amigos y amigas, la codiciada por hombres y mujeres, excepto una persona, ella misma. Aborrecía su reflejo en el espejo, aborrecía a esa señorita perfecta, ella no era eso, ella era una bailarina, la que sacaba los sentimientos ocultos en los espectadores, la que maravillaba esos ojos curiosos que la iban a ver cada día a su espectaculo.
Es por eso que un día no salió más de su lugar secreto. Sus amigos y amigas al igual que las madres de estos no la vieron más, aquellos que la codiciaban no pudieron deleitarse más viendola pasar por las calles, sus padres ya no la volvieron a ver.
Ella desaparecio, decidio bailar hasta la eternidad y ser quién quería ser, la caprichosa y maravillosa bailarina y así poder soñar, reir, volar, sentir la brisa y los aplausos luego de su espectaculo, y hacer todo lo que siempre quiso hacer, desaparecio del mundo.
Cuando la encontraron, se hallaba flaca y desgastada, con 48 años parecía mucho más anciana de lo que era, danzando sin parar, un paso, un giro, una salto, otro paso otro giro, otro salto, y ella pérdida en su artificial cuento de hadas. Aquel edificio era ahora su castillo, con su público de ensueño, el lugar se llamaba manicomnio, donde van quienes sueñan despiertos, quienes viven en el infinito de sus ataudes, quienes ya no tienen ataduras al mundo terrenal a cambio de la razón, ya que...la felicidad tiene un precio, no...?
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