Él la amaba. La forma de su cuerpo lo deslumbro desde la primera vez que la vió paseando en la plaza a la que daba su departamento, cómo la ninfa pérdida de sus sueños. En ese instante él estuvoseguro que había encontrado eso que la vida cotidiana, los estudios y el trabajo no habían podido darle. Casi cómo si fuera un ritual salía a verla al balcón trotando, con sus amigas, sacando a su perro, o en cualquier cosa que ella hiciera, ya que siempre iba a la plaza a la misma hora. Sentía que el nerviosismo le recorría desde la cabeza a la punta de los pies, le temblaban las manos con sólo saber que la hora de verla se acercaba. Así cómo el perro mueve la cola y comienza a agitarse cuando la hora de que llegue su amo se acerca, él sentía contracciones en todo lo que podía llamar cuerpo. A medida que pasaban los días, evolucionaba su acercamiento hacía ella, ya no era el balcón, después de unos días comenzó a bajar las escaleras mientras su corazón se agitaba cada metro que se sentía más cerca de ella, su aroma, su ser, su alma infinita cómo su belleza pronto estarian al alcance de sus ojos. Cuando por fín pudo estar sentado en una banca a la hora soñada, aparecio, con unos pantalones de buzo y una polera sport trotando, ella al verlo sonrio y el le devolvio una sonrisa un tanto terrorifica (cómo suele hacer alguién que no sabe que hacer). Este juego se repitio por unos días hasta que ella le dirigió la palabra, habrán charlado un par de minutos, unas horas, unos días, meses, años, la mismisima eternidad. La conexión fué inmediata. Él sintió que por fín había encontrado a quién por semanas lo tuvo en un estado de delirio continuo. Después de un par de charlas, un par de salidas, un par de helados y chatarra, ella acepto ser su novia.
Él la ama. Cuando dijo que si, el mundo se volvió rosa. Ya el trabajo no era el de antes, siempre existía la posibilidad que ella lo llamara para que se juntaran a charlar, a comer alguna chucheria. Quién dijo que los sueños no se hacían realidad era un pobre y vil frustrado que jamás había encontrado el amor de alguién que no fuese su madre. Así, vivió muchas semanas su relación con la que llamaban "Angelica", supo que tenía 22 años, estudiaba Artes en una universidad de la ciudad, que sus amigos y amigas la llamaban "La Pinturita" y así un montón de datos que estaria de más dar. Ellos solían pasar horas juntos, aunque él tenía la mania de mirarla fijamente en todo su cuerpo unos 15 minutos diario, siin dirigirle más que la vista a cada centimetro de piel cubierto por la ropa que variaba según la ocasión, de formal a ligera. Ella lo dejaba, le decía que eran sus manías. Para él, era una forma de poder grabar en su memoria, todas aquellas partes de lo que él adoraba de ella, sus muslos, sus brazos, sus pechos, en fin, todo el conjunto de piezas que la armaban, ella era su ninfa, él su devoto amante, ellos se encontraron, ya no podía ser mayor la dicha. Así continuaron. Un Martes (continuación del fin y nuevo comienzo de la semana), él le pregunto en una típica conversación de esas tantas que tenían, si ella se quedaría con él para siempre. Ella sonrio cómo siempre lo hacía, y le respondió que "si Dios quería, ella siempre estaria con él". La tranquilidad de su rostro desaparecio para ser reemplazada por una de rabia, ¿Cómo ella dejaba en manos de externos el futuro de su union? ¿Acaso no era ella la que quería estar con él y no un simple Dios que no sirve más que para orarle en misa?. Sus ojos se desorbitaron y ella asustada le dijo que se alejara, esto hirió más su alma, ella no pertenecía a Dios, ella no lo amaba, le gritó traidora y se fué, un corazón roto duele, más cuando es puro.
Él la amara por siempre, por eso volvió a sentarse en el balcón. El amara su cuerpo, por eso cuando ella golpeó la puerta con lagrimas en sus ojos la invito a pasar. El amara su sonrisa por siempre, por eso le dió un sedante y la hizó reir antes de que cayera bajo el somnifero. El amara por siempre, por eso la corto en pedazos, beso cada parte que cortó, las pusó en varios frascos y los metió en el congelador. El amara su ser por siempre, por eso no limpió la sangre, y cuando la policia entro y lo encontro lleno de sangre el no reaccionó. Y cuando el policia llamó y dijo que tenían al psicopata, él le grito casi ofendido y con lágrimas en los ojos "Yo no soy un psicopata, soy un poeta y amante cómo ya no quedan, de esos que pueden amar...para siempre..."
lunes, 4 de febrero de 2008
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